Una mujer de 52 años fue imputada por la Justicia luego de ser descubierta intentando ingresar cocaína y marihuana a la Unidad Carcelaria N°1 de Salta, donde se encuentra alojado su hijo. El hecho ocurrió el pasado jueves 23 de octubre, cuando personal del Servicio Penitenciario detectó sustancias sospechosas durante una requisa de rutina.
La intervención estuvo a cargo del fiscal penal Daniel Espilocín, interino en la Unidad Fiscal contra la Narcocriminalidad (UFINAR), quien imputó provisionalmente a la mujer por el delito de entrega de estupefacientes a título oneroso, agravada por haberse cometido en un lugar de detención y en grado de tentativa.
Durante la audiencia de imputación, la acusada fue asistida por un defensor oficial y optó por no declarar ni responder preguntas del Ministerio Público Fiscal. A pedido de la Fiscalía, se solicitó el mantenimiento de su detención, mientras avanza la investigación.
Según el informe elaborado por la División de Drogas Peligrosas de la Policía de Salta, el episodio tuvo lugar cuando la mujer se presentó en el penal para visitar a su hijo. En el control de los elementos que llevaba en una bolsa, el personal penitenciario encontró cinco envoltorios cuidadosamente ocultos entre la mercadería.
Al realizar las pruebas correspondientes, se confirmó que el contenido de los paquetes incluía más de 200 dosis de marihuana y alrededor de 800 dosis de cocaína, lo que en total supera el millar de dosis listas para su distribución.
De inmediato, se dio intervención a la UFINAR y la mujer fue trasladada a la Alcaidía General de la Ciudad de Salta, donde permanece detenida a la espera de nuevas medidas judiciales.
Un intento frustrado en un punto de alta vigilancia
El hecho encendió nuevamente las alarmas sobre los intentos de ingresar drogas a los establecimientos penitenciarios, una problemática recurrente que el Servicio Penitenciario y las fuerzas de seguridad provinciales vienen reforzando con controles más estrictos.
La Unidad Carcelaria 1, ubicada en la zona sur de la capital salteña, es uno de los puntos donde las requisas se intensificaron en los últimos meses, especialmente durante los días de visita familiar. Cada elemento que ingresa al penal —ya sea alimentos, artículos de higiene o ropa— es revisado cuidadosamente por los agentes penitenciarios y la división antinarcóticos.
Fuentes judiciales indicaron que los envoltorios secuestrados estaban camuflados entre productos de uso cotidiano, una modalidad que se repite con frecuencia en este tipo de casos. Gracias al entrenamiento del personal, el intento fue detectado antes de que la droga pudiera ingresar al establecimiento.
