A pocas horas del inicio del juicio por el femicidio de Jimena Salas, una noticia inesperada sacudió a Salta: Javier Nicolás Saavedra, uno de los tres hermanos imputados y principal acusado del crimen, murió este lunes mientras se encontraba detenido en la Alcaidía Judicial. Su fallecimiento genera un fuerte impacto en la causa y obliga a reconfigurar el proceso que estaba a punto de comenzar.
Según se supo de manera extraoficial, Saavedra habría sufrido lesiones autoinfligidas durante una actividad de recreación en el baño del pabellón D. Otro interno lo encontró y dio aviso al personal penitenciario, que lo trasladó de urgencia al hospital del Milagro. Sin embargo, pese a los intentos por salvarlo, murió poco después.
Este martes, a las 8:30, estaba previsto el inicio del juicio en la Sala I del Tribunal de Juicio, con un tribunal colegiado a cargo de los jueces José Luis Riera, Mónica Faber y Maximiliano Troyano. Ahora, con la muerte de uno de los principales acusados, se abre un nuevo capítulo en uno de los casos policiales más resonantes y controvertidos de la provincia.
Un crimen que marcó a Vaqueros
El 27 de enero de 2017, Jimena Beatriz Salas fue asesinada de manera brutal en su casa del barrio San Nicolás, en la localidad de Vaqueros. La mujer recibió más de 40 puñaladas. Su cuerpo fue hallado por su entonces pareja en un contexto de violencia extrema. Desde entonces, la investigación estuvo marcada por irregularidades, errores y giros inesperados.
Inicialmente, el exmarido de la víctima y un vendedor ambulante fueron llevados a juicio, pero ambos fueron absueltos por falta de pruebas en 2021. Años después, la Justicia imputó a los hermanos Saavedra: Javier Nicolás, Adrián Guillermo y Carlos Damián, señalados por el crimen con una calificación legal gravísima: homicidio agravado por alevosía, ensañamiento, criminis causa y femicidio.
Un acusado con doble causa
Javier Saavedra, de los tres, era el que enfrentaba la acusación más pesada. No solo se lo consideraba el autor material del asesinato de Jimena, sino que también estaba imputado en una causa paralela por tentativa de homicidio contra Ariel Mariano Guantay. Su rol central en el juicio hacía prever una disputa clave entre la Fiscalía, la querella y la defensa.
La Unidad Fiscal del caso está integrada por los fiscales Mónica Poma, Gabriel González y Leandro Flores. Por la querella, representa a la familia de la víctima el abogado Pedro Arancibia, mientras que la defensa de los hermanos Saavedra quedó a cargo del letrado Marcelo Arancibia, quien desde el inicio denunció irregularidades graves en el proceso.
Una causa bajo la lupa
La muerte de Saavedra se suma a una larga lista de hechos polémicos que rodean esta investigación. Desde la cremación apresurada del cuerpo de la víctima, apenas 48 horas después del crimen, hasta el apartamiento de fiscales y versiones contradictorias, el caso Salas es visto por muchos como un ejemplo de fallas estructurales en el sistema judicial salteño.
Mientras la sociedad exige justicia, la investigación no deja de presentar obstáculos. Ahora, con la muerte de uno de los acusados clave, la causa podría enfrentar nuevas demoras, más aún cuando el juicio era esperado con expectativa por la familia de Jimena y por toda la comunidad de Vaqueros.
El tribunal deberá resolver en las próximas horas cómo continuará el proceso. Por el momento, Adrián y Carlos Saavedra siguen imputados y se espera que el juicio continúe solo con ellos en el banquillo. Sin embargo, la ausencia de Javier cambia por completo la dinámica del debate oral.
Una herida abierta en Salta
A ocho años del asesinato, la causa por el femicidio de Jimena Salas sigue sin una condena firme. La investigación, marcada por errores y vaivenes judiciales, mantiene en vilo a la opinión pública. La familia de la víctima reclama respuestas, mientras la Justicia vuelve a quedar en el centro de las críticas.
Con la muerte de Javier Saavedra, el expediente da un nuevo giro inesperado. La incógnita ahora no solo gira en torno a cómo seguirá el juicio, sino también a las condiciones en las que el acusado falleció dentro de una unidad penitenciaria. El caso Salas, lejos de cerrarse, parece sumar aún más preguntas.