Uno de los rituales más comunes para despedir el año es vestirse de blanco en la noche del 31 de diciembre. Aunque se trata de una práctica habitual en estas fechas, no todos conocen el origen ni el verdadero significado simbólico que hay detrás de esta elección.
La elección de este color para dar por finalizado un año tiene un fuerte simbolismo que se repite en varias culturas. El blanco está estrechamente vinculado con las ideas de pureza, renovación y nuevos comienzos, que encajan a la perfección con el comienzo de una nueva temporada.
Que representa ponerse ropa blanca el 31 de diciembre
Representa la pureza y la idea de empezar sin cargas.
Se asocia a la renovación y al cierre de ciclos.
Funciona como una “hoja en blanco” simbólica para iniciar una nueva etapa.
Desde la psicología del color, transmite calma, orden y claridad mental.
Actúa como un disparador emocional que ayuda a marcar el final de una etapa y el comienzo de otra.