Bernardo Biella, médico y flamante diputado nacional electo, volvió a quedar expuesto en una mentira tan grosera como innecesaria.
En una entrevista reciente, el legislador aseguró con tono de autoridad que de los 66 egresados de la carrera de Medicina de la Universidad Nacional de Salta (UNSa), apenas tres se habían quedado a trabajar en la provincia. La frase recorrió medios y redes, con la intención de instalar la idea de que la formación médica local es un fracaso.
Pero la realidad le dio una cachetada. En una entrevista con un medio local, Enrique Heredia, un docente de la carrera, que conoce de cerca a sus alumnos y egresados, salió al cruce de Biella con datos concretos: el 60% de los graduados reside en Salta y ejerce aquí. Muy lejos del panorama desolador que intentó pintar el médico devenido político.
No es la primera vez que Biella se precipita en afirmaciones sin sustento, buscando titulares fáciles y discursos efectistas. Lo preocupante no es solo la ligereza con que se manipulan los datos, sino la impunidad con la que se pretende deslegitimar a una carrera que, con mucho esfuerzo, forma a profesionales valiosos para el sistema sanitario provincial.
El comentario del diputado revela más su ignorancia y su falta de presencia en la casa de altos estudios que su supuesto “interés por mejorar la salud”.
Biella, que suele posar de adalid de la verdad y la transparencia, debería empezar por aplicarse una dosis de veracidad. Y, ya que es médico, quizá revisar su receta discursiva: mentir sistemáticamente no mejora la salud democrática. Y si alguien le pasó un dato incorrecto, pedir las disculpas correspondientes.
Fuente Opinorte