Durante la última sesión del Concejo Deliberante de Salta, la concejal Paula Medici sorprendió al pedir “un minuto de silencio” en repudio a la reciente condena de la Corte Suprema contra la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner. En su intervención, calificó el fallo como un acto de proscripción y habló de una “violencia institucional” hacia una de las principales fuerzas políticas del país.
La concejal, referente del espacio kirchnerista en el recinto, evitó referirse al contenido de la causa judicial y se centró en cuestionar a los medios de comunicación y al gobierno nacional de Javier Milei. “Fuimos hipnotizados”, afirmó, sugiriendo una manipulación mediática generalizada. Lejos de una defensa jurídica, su discurso giró en torno al simbolismo político y apelaciones emocionales.
El pedido de Medici no pasó desapercibido y generó reacciones diversas dentro del cuerpo deliberativo. Mientras algunos concejales optaron por el silencio, otros señalaron la incomodidad de utilizar el espacio institucional para reivindicar a una figura condenada por corrupción. La escena dejó expuesto un alineamiento político que, en medio de un contexto judicial delicado, genera más interrogantes que certezas.