La frontera norte vuelve a quedar bajo la lupa sanitaria. El aumento de la circulación de virus respiratorios en países de la región encendió las alertas epidemiológicas y obligó a reforzar los controles y las acciones de prevención en los pasos internacionales que conectan Argentina con Bolivia, una zona marcada por el intercambio diario de personas, comercio informal y movilidad constante.
En ese contexto, el Ministerio de Salud Pública activó un esquema de vigilancia intensificada en todo el territorio provincial, con especial atención en los puntos fronterizos del norte. Si bien hasta el momento no se detectaron casos sospechosos vinculados a nuevas variantes de influenza en la provincia, las autoridades sanitarias remarcan que el escenario regional exige máxima precaución y seguimiento permanente.
La preocupación está vinculada a la circulación de influenza tipo A, particularmente del subtipo H3N2, que en temporadas anteriores mostró mayor impacto en adultos mayores y personas con factores de riesgo. A nivel internacional, se identificaron subvariantes asociadas a brotes familiares importados desde el hemisferio norte, lo que motivó la activación de protocolos preventivos en países limítrofes y zonas de alto flujo migratorio.
El corredor fronterizo que une el norte argentino con el sur boliviano es considerado un punto sensible desde el punto de vista sanitario. El cruce permanente por pasos formales e informales, sumado al movimiento comercial y turístico, convierte a la región en un área estratégica para la detección temprana de enfermedades respiratorias fuera de la temporada habitual.
Por ese motivo, los sistemas de vigilancia epidemiológica trabajan con esquemas de monitoreo reforzado, conocidos como vigilancia centinela, que permiten identificar de manera precoz síntomas compatibles con influenza u otros virus respiratorios. El objetivo es claro: evitar la propagación comunitaria y anticiparse a posibles brotes que puedan generar presión sobre el sistema de salud.
Desde Salud Pública explican que, aunque los estudios preliminares no muestran un aumento significativo en la gravedad clínica de los casos detectados en la región, las variantes del subtipo H3N2 suelen generar cuadros más severos en adultos mayores, personas con enfermedades crónicas, embarazadas y niños pequeños. Por eso, la prevención sigue siendo la principal herramienta.
En paralelo, se intensificaron las recomendaciones dirigidas a quienes viajan hacia o desde zonas con circulación viral activa, tanto dentro de Sudamérica como hacia destinos del hemisferio norte. La principal indicación es verificar los esquemas de vacunación antes de emprender cualquier viaje, especialmente en lo referido a influenza y COVID-19.
Durante los traslados, se aconseja el uso de barbijo en espacios cerrados o con gran concentración de personas, como terminales, colectivos de larga distancia y pasos fronterizos. La higiene frecuente de manos, con agua y jabón o alcohol en gel, sigue siendo una de las medidas más eficaces para reducir el riesgo de contagio.
Las autoridades sanitarias también insisten en la importancia de consultar de manera inmediata ante la aparición de síntomas respiratorios luego de un viaje. Fiebre alta de inicio repentino, tos persistente, dolor de garganta intenso, congestión y dolores musculares son señales de alerta que requieren evaluación médica. Informar al personal de salud sobre los antecedentes de viaje resulta clave para facilitar un diagnóstico oportuno.
En cuanto a la vacunación, se remarca que sigue siendo la herramienta más efectiva para prevenir cuadros graves, hospitalizaciones y complicaciones. Los grupos considerados de riesgo deben revisar y completar sus esquemas, incluso fuera del calendario habitual, si el contexto epidemiológico así lo amerita.
A nivel comunitario, se refuerza el pedido de sostener hábitos de cuidado que ya demostraron su eficacia en temporadas anteriores. El lavado frecuente de manos, la ventilación cruzada de ambientes cerrados y la llamada “etiqueta respiratoria” —cubrirse con el pliegue del codo al toser o estornudar— forman parte de las recomendaciones básicas.
Además, se insiste en el aislamiento voluntario ante la presencia de síntomas. Quedarse en casa, evitar el contacto estrecho y no asistir a espacios laborales o educativos cuando hay signos de enfermedad respiratoria es una medida simple, pero fundamental para cortar la cadena de contagios.
El escenario sanitario en la frontera norte se mantiene bajo monitoreo permanente. Por ahora no hay casos confirmados de la denominada “súper gripe” en territorio provincial, pero la experiencia reciente dejó una enseñanza clara: la prevención temprana y la responsabilidad individual son claves para evitar que una alerta regional se transforme en un problema local.