La ciudad de Salta vivió este domingo 6 de julio una jornada cargada de fe, tradición y espiritualidad con la procesión en honor a la Virgen del Perpetuo Socorro, una de las advocaciones más queridas por el pueblo salteño.
Como cada año, la celebración tuvo epicentro en la Iglesia San Alfonso, donde miles de fieles se congregaron para participar de la misa central y rendir homenaje a la Virgen. Este año, la festividad se vinculó especialmente con el Jubileo de los Gauchos, destacando el fuerte lazo entre la identidad salteña y esta devoción mariana.
Durante su mensaje, el arzobispo de Salta, monseñor Mario Antonio Cargnello, agradeció a los padres redentoristas por invitarlo a compartir la fiesta y subrayó: "Todo el fenómeno de la presencia de los gauchos que marca la vida de nuestra Salta está ligado con la devoción a la Virgen del Perpetuo Socorro".
En su reflexión, Cargnello señaló que "la esperanza es hablar de vida, de fuerza para vivir y de apoyo para caminar". Y agregó: "La nobleza de vida es la primera virtud de un buen gaucho. No nace de la sangre, sino del compromiso, del respeto por el otro y del testimonio de vida".
El arzobispo también remarcó el rol de la familia como base de la esperanza. "El gaucho cuida su familia con trabajo, honradez y amor por la vida. Es un modelo de padre, esposo, hermano e hijo".
Por último, llamó a los jóvenes a no temerle a la vida: "En solo diez años, la natalidad cayó un 40% en el país. Es urgente que la sociedad anime a los jóvenes a abrazar la vida, a formar familia, a sembrar futuro".