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Del placer al escándalo: fue denunciado por no pagar a una trabajadora sexual

Ocurrió a las 3.30 de la mañana en una casa de calle Martín Fierro.

Del placer al escándalo: fue denunciado por no pagar a una trabajadora sexual

Lo que parecía ser una madrugada sin sobresaltos para la Policía terminó convirtiéndose en una historia con más giros que una telenovela y con moraleja incluida: si contratás un servicio, pagalo… porque puede salirte más caro de lo que pensás.

A las 3.30 de la madrugada de hoy, una llamada al Sistema de Emergencia 911 alertó sobre un posible caso de violencia familiar en calle Martín Fierro. La Policía, acostumbrada a intervenir en situaciones complejas a esas horas, llegó al lugar con la premisa de calmar una pelea de pareja o contener alguna agresión.

Sin embargo, la escena fue otra. La mujer que los esperaba en la puerta les aclaró de entrada: “Soy trabajadora sexual, y este hombre no me quiere pagar lo acordado”. La frase, directa y sin rodeos, descolocó momentáneamente a los efectivos policiales.

La protagonista, una mujer de 36 años, explicó que había sido contratada por un hombre de la misma edad. Luego de prestar sus servicios, el cliente -dueño de casa- se negó a pagarle los 25 mil pesos que, según ella, habían pactado de antemano. Ante la negativa, decidió hacer lo que cualquier ciudadana estafada: llamar a la Policía.

Los efectivos intentaron mediar entre las partes, apelando al diálogo y a la sensatez, pero el presunto estafador se mantuvo firme en su postura de “yo no pago”. La mujer, decidida a no dejar pasar el incumplimiento, fue trasladada hasta la comisaría para radicar la denuncia formal.

La causa ya está en la Justicia salteña y, aunque no lo crea, está caratulada como estafa. Sí, el hombre que quiso ahorrarse 25 mil pesos ahora tiene un antecedente judicial que podría traerle más de un dolor de cabeza si en el futuro necesita sacar un crédito, presentarse a un trabajo o realizar un simple trámite administrativo.

Como quien dice, le salió el tiro por la culata.

Desde la fuerza explicaron que, más allá del contexto inusual, se actuó conforme a la normativa vigente y que todo ciudadano tiene derecho a reclamar por un incumplimiento contractual, aunque el servicio en cuestión no figure en los manuales tradicionales de atención al cliente. Mientras tanto, en redes sociales ya empezaron los chistes con moraleja: “más caro el juicio que el gusto”. Y sí, a veces la justicia también tiene sentido del humor.


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