El proyecto de crear la Guardia Urbana Municipal en Salta quedó en pausa luego de que el intendente Emiliano Durand confirmara que la ciudad no cuenta con el presupuesto necesario para poner en marcha el nuevo organismo. La iniciativa había sido aprobada recientemente por el Concejo Deliberante capitalino, pero desde el Ejecutivo local dejaron en claro que la prioridad será optimizar los recursos para mantener y mejorar los servicios ya existentes.
En sus declaraciones, Durand subrayó que la administración municipal enfrenta restricciones económicas que obligan a priorizar tareas esenciales para el funcionamiento de la ciudad. “Hoy nuestra prioridad es simple: cuidar los recursos de todos los salteños”, aseguró, enfatizando que la gestión se enfocará en obras de infraestructura y mantenimiento de barrios.
Entre las acciones que tendrán prioridad, el intendente mencionó la reparación de calles, la iluminación de zonas residenciales, la limpieza y desmalezamiento de espacios públicos, y la regulación de lotes baldíos, intimando a sus propietarios o realizando la limpieza directamente con multas cuando corresponda. Además, destacó la coordinación constante con la Policía de la Provincia para reforzar la seguridad de los vecinos.
Aunque reconoció que la idea de la Guardia Urbana “no es mala”, Durand fue enfático al señalar que la creación de un nuevo organismo no será posible durante su gestión actual. “Elegimos ser responsables, transparentes y decir las cosas como son. Administrar bien es también cuidar a la ciudad”, agregó, reflejando un enfoque prudente frente a las finanzas municipales.
La decisión generó reacciones diversas en la comunidad salteña. Algunos vecinos valoraron la postura de prudencia fiscal, mientras que otros esperaban que la creación de la Guardia Urbana permitiera un control más efectivo de la seguridad y el orden urbano en la capital provincial.
El Concejo Deliberante había aprobado la ordenanza con la intención de reforzar la presencia municipal en la vía pública, complementando la labor policial y ofreciendo un canal directo de respuesta a problemas cotidianos de los ciudadanos. Sin embargo, la falta de fondos ahora imposibilita la implementación de la medida.
En la práctica, esto significa que las tareas de control urbano y prevención seguirán siendo cubiertas por los recursos y personal ya disponibles en el municipio, sin sumar nuevos agentes ni estructuras. Esta decisión se enmarca en un contexto más amplio de planificación fiscal prudente, donde el gobierno local busca equilibrar las necesidades de servicios básicos y la infraestructura con la capacidad real de financiamiento.
Especialistas en gestión municipal coinciden en que la administración de recursos limitados obliga a definir prioridades claras, y que la inversión en mantenimiento urbano y seguridad preventiva puede tener un impacto más directo en la calidad de vida de los vecinos que la creación de un nuevo cuerpo institucional.
En este sentido, la postura del intendente Durand refleja un enfoque de administración responsable, priorizando tareas tangibles y visibles para los ciudadanos de Salta, en lugar de comprometer recursos en proyectos que podrían resultar insostenibles a corto plazo. La decisión también subraya la importancia de la transparencia en la gestión municipal, un tema que cobra relevancia en el contexto local, donde los habitantes de la ciudad esperan claridad sobre el destino de los fondos públicos.
Mientras tanto, la discusión sobre la Guardia Urbana no se cierra del todo. Desde distintos sectores se plantean alternativas que podrían incluir la capacitación del personal existente, la optimización de recursos municipales y la colaboración con fuerzas provinciales para reforzar la presencia en calles y barrios, sin generar un gasto adicional que afecte el presupuesto general de la ciudad.
De esta manera, la gestión de Durand busca equilibrar las expectativas de la población con la realidad financiera del municipio, enfocándose en obras concretas y en garantizar que los barrios cuenten con servicios eficientes y un mantenimiento adecuado. La decisión también deja abierta la posibilidad de retomar la iniciativa en el futuro, siempre y cuando las condiciones presupuestarias lo permitan.