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CRECE LA POLÉMICA

Escándalo en San Lorenzo: condenado por corrupción podría asumir como concejal

Ernesto “Kila” Gonza, exintendente con condenas por fraude a la administración pública, está en camino a ocupar una banca en el Concejo, pese a su historial judicial.

Escándalo en San Lorenzo: condenado por corrupción podría asumir como concejal

En un giro que encendió las alarmas políticas en San Lorenzo, Ernesto “Kila” Gonza, exintendente con condenas por corrupción y varios juicios pendientes, podría asumir próximamente como concejal. La polémica se intensifica por la percepción de que el dirigente mantiene cierta protección que le permitiría sortear los obstáculos judiciales, algo que para muchos representa un grave golpe a la credibilidad de las instituciones locales.

El intendente Manuel Saravia expresó su profundo malestar por la situación. Según señaló, lo que ocurre con Gonza “no es normal” y parece indicar un blindaje que lo mantiene al margen de las consecuencias legales que deberían impedirle ejercer cargos públicos. “Esto es un manoseo a las instituciones y un mensaje muy preocupante para los vecinos”, afirmó Saravia, visiblemente preocupado por el impacto político y social de este escenario.

Gonza arrastra una condena de primera instancia que incluye inhabilitación perpetua para ocupar cargos públicos y una pena de prisión en suspenso. Además, los tribunales ratificaron y agravaron la sentencia, estableciendo que los delitos cometidos no fueron tentativos, sino consumados. Pese a esto, la lectura de la condena sufrió múltiples suspensiones: la audiencia prevista para una media hora fue pospuesta en cuatro ocasiones, algo que generó incredulidad y desconcierto entre los funcionarios y la comunidad.

“El espectáculo que estamos viendo es insólito. Suspenden la audiencia por un horario, luego por otro, y así sucesivamente. Me duele San Lorenzo”, lamentó Saravia, quien agregó que esta demora prolongada no solo afecta la justicia, sino también la confianza ciudadana en el Concejo y en la administración local.

El exjefe comunal, conocido en la región como “Kila” Gonza, mantiene un historial judicial complejo que incluye múltiples causas por fraude a la administración pública. A pesar de esto, logró participar en las elecciones y resultó electo concejal, con su asunción prevista para el próximo 10 de diciembre. Esta situación generó un debate sobre la eficacia de los mecanismos legales para impedir que personas condenadas ocupen cargos públicos.

“San Lorenzo merece que sus instituciones estén a la altura, y que quienes llegan a ocupar cargos tengan la transparencia que la comunidad espera. Que alguien condenado por defraudar al municipio pueda asumir una banca es realmente preocupante”, sostuvo el intendente.

El conflicto entre la justicia y la política local pone en evidencia las grietas del sistema, y abre un debate sobre la protección que ciertos actores podrían recibir frente a la normativa vigente. La ciudadanía salteña, acostumbrada a una política local intensa y a debates abiertos sobre corrupción, observa con atención el desarrollo de este caso, que no solo afecta a San Lorenzo sino que también repercute en la percepción general de la provincia sobre la integridad de sus representantes.

Desde la comuna advierten que, una vez que se oficialice la notificación del fallo judicial, la inhabilitación de Gonza deberá cumplirse sin excepciones. Sin embargo, la dilación en la lectura del veredicto y la complejidad del proceso judicial generan incertidumbre sobre los tiempos y los pasos a seguir.

Más allá de lo estrictamente legal, el caso de “Kila” Gonza plantea una cuestión ética que resuena en toda la provincia de Salta: ¿puede un político con condenas por corrupción mantener legitimidad para ejercer funciones públicas? Para los vecinos y funcionarios de San Lorenzo, la respuesta es clara: la confianza institucional se ve seriamente comprometida.

El episodio también revela tensiones dentro del Concejo municipal, que deberá lidiar con la presencia de un concejal con antecedentes judiciales graves. Esto plantea desafíos para la gobernabilidad y el trabajo legislativo, generando expectativas y temores entre quienes participan del entramado político local.

Además, el caso refleja un patrón de demoras judiciales que no es ajeno a otras localidades de la provincia. Las suspensiones reiteradas de audiencias y la postergación de la lectura de sentencias evidencian problemas estructurales que afectan la percepción de justicia y transparencia en Salta, generando debates sobre posibles reformas y la necesidad de mayor celeridad en los procesos.

El intendente Saravia, al referirse a la situación, mostró una mezcla de resignación y preocupación: “Calculo que va a asumir, ya nada me sorprende. Pero cuando se digne a leerle el fallo, habrá que actuar, porque la ley es clara respecto de la inhabilitación”. Sus declaraciones reflejan la tensión entre el respeto a los procesos judiciales y la urgencia de proteger la integridad institucional.

En la comunidad, la expectativa es alta. Vecinos de San Lorenzo siguen de cerca la evolución del caso y cuestionan la permisividad del sistema frente a quienes han sido condenados por corrupción. La situación genera un debate más amplio sobre la transparencia política y la necesidad de fortalecer los mecanismos de control sobre los representantes electos.

Mientras tanto, el Concejo de San Lorenzo se prepara para un escenario inédito, con la posibilidad de que Gonza ocupe su banca pese a las condenas. Este hecho pone en primer plano la importancia de la justicia efectiva y de la supervisión ciudadana, elementos esenciales para garantizar que los cargos públicos sean ocupados por personas que cumplan con estándares éticos y legales claros.

El caso de Ernesto “Kila” Gonza se convierte así en un símbolo de las dificultades que enfrenta Salta para equilibrar la política, la justicia y la confianza de la sociedad en sus instituciones. La provincia observa con atención cómo se resolverá la situación, que tiene implicancias más allá de San Lorenzo y que podría marcar un precedente sobre la aplicación de condenas y la protección de los derechos cívicos frente a casos de corrupción.

Con la asunción prevista para el 10 de diciembre, el futuro inmediato de la banca de Gonza genera incertidumbre, debate y preocupación entre funcionarios, vecinos y especialistas en derecho y política local. El desafío será asegurar que la justicia se cumpla plenamente y que la comunidad recupere la confianza en sus representantes, garantizando que los cargos públicos sean ocupados por quienes respeten las normas y valores que sostienen la democracia en la provincia de Salta.


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