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TERRIBLE

Horror y abandono: La mano de Zaira fue devorada por los chanchos

Las heridas cicatrizaron con las curaciones que le realizó el enfermero wichi de Misión Chaqueña, quien también se encarga del suero y la leche que le suministran por sonda.

Horror y abandono: La mano de Zaira fue devorada por los chanchos

El caso de Zaira muestra la desidia que existe hacia los más carenciados. Zaira es una nena de 12 años cuya madre murió tras sufrir un cáncer de útero y quedó huérfana junto a su hermanito. Desde hace varios meses está postrada en la cama, quedó ciega y los chanchos le comieron algunos dedos.

Zaira quedó a cargo de sus abuelos, quienes viven en una choza en Misión Chaqueña. Su familia vive en situación de abandono y extrema pobreza. No tienen beneficio alguno del estado ya que no cobran pensiones y sobreviven apenas con la venta de artesanías.

Vecinos le exigen a las autoridades del Gobierno provincial que intervenga y brinden la atención que requiere con urgencia. La Municipalidad de Embarcación envió un trozo de plástico negro para que pudieran tapar las aberturas de la vivienda

La parte de la historia que hizo furor en los medios nacionales por el morbo, no es lo más trascendental del caso, pero refleja la vida crítica en extremo de los más pobres, donde hasta los animales son voraces y descontrolados como en una película de terror. Los abuelos de Zaira contaron que hace un año y medio, sin que ellos se dieran cuenta, unos chanchos entraron a la habitación donde Zaira pasa inmóvil los días, y le mordisquearon los dedos, llegando a comerle una falange del dedo medio de la mano izquierda. Las heridas cicatrizaron con las curaciones que le realizó el enfermero wichi de Misión Chaqueña, quien también se encarga del suero y la leche que le suministran por sonda y que les provee el hospital San Roque de Embarcación. O sea, todos saben que Zaira existe tan tristemente.

Pero recién ahora que tomó estado público la realidad de Zaira, la Municipalidad de Embarcación le llevó una cama ortopédica, un colchón, ropa de cama y un plástico de silo para tapar las aberturas de su precaria habitación.


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