Una bebé de un año y tres meses murió tras recibir una descarga eléctrica en su vivienda del barrio Palermo de Salta, un hecho que vuelve a poner en evidencia la precariedad eléctrica que afecta a miles de hogares en la provincia. Se calcula que más de 25 mil familias viven con conexiones irregulares, muchas de ellas obtenidas de manera clandestina, en condiciones que ponen en riesgo la vida de niños, jóvenes y adultos.
No se trata de casos aislados. En los últimos años, otros accidentes fatales se registraron en distintos barrios de Salta: una niña de 10 años murió al tocar un alambrado electrificado en Mirador, un niño de 8 falleció por manipular un gabinete eléctrico en Castañares, y jóvenes y trabajadores sufrieron descargas mortales en Rosario de Lerma y Ampliación 14 de Mayo.
La expansión urbana desordenada sobre terrenos públicos o privados y la falta de infraestructura segura son factores que agravan la situación. Las autoridades destacan que estas familias viven en condiciones de extrema vulnerabilidad, muchas veces con viviendas improvisadas con plásticos y maderas, y recurren a conexiones eléctricas peligrosas.
Desde el Ente Regulador de los Servicios Públicos de Salta remarcan que la regularización de cada hogar tiene un costo aproximado de un millón de pesos, pero garantiza tanto la seguridad de las familias como el acceso legal a la energía. Además, destacan la importancia de la educación sobre riesgos eléctricos para prevenir accidentes.
El jefe del Departamento Bomberos de la Policía de Salta recordó que toda conexión clandestina está prohibida y que las instalaciones deben ser realizadas por electricistas matriculados, con protecciones como llaves termomagnéticas, disyuntor diferencial, puesta a tierra y cableado embutido. También advirtieron sobre los peligros de sobrecargar tomacorrientes y el uso excesivo de multitomas, prácticas frecuentes en hogares con electricidad irregular.
La tragedia en Palermo refleja la urgencia de políticas que combinen regularización de servicios, educación y planificación urbana. Mientras miles de familias sigan dependiendo de conexiones precarias, el riesgo de accidentes graves permanecerá, dejando a Salta frente a un desafío que exige soluciones inmediatas y sostenibles.