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TRADICIÓN Y FE

Más de 2.500 velas iluminaron la Rotonda del Peregrino en homenaje a los caminantes del Milagro

Vecinos y devotos se reunieron para rendir tributo a quienes recorren largas distancias hacia Salta.

Más de 2.500 velas iluminaron la Rotonda del Peregrino en homenaje a los caminantes del Milagro

La ciudad de Salta vivió una nueva noche cargada de emoción y devoción. En la Rotonda del Peregrino, más de 2.500 velas encendidas formaron un camino de luz en reconocimiento a los caminantes que cada año llegan desde distintos puntos del país para honrar al Señor y la Virgen del Milagro.

El evento, que se repite por quinto año consecutivo, se consolidó como un homenaje simbólico a quienes recorren cientos de kilómetros para participar de la fiesta patronal más convocante de la provincia. Vecinos, familias y fieles de todas las edades se acercaron hasta el lugar para encender su propia vela, agradecer favores recibidos o pedir por la salud y el bienestar de sus seres queridos.

La imagen fue imponente: miles de pequeñas luces a los pies de las siluetas del Señor y la Virgen del Milagro, que se levantan en la rotonda ubicada en el acceso sur a la capital salteña. La postal, que ya se convirtió en un clásico de estas fechas, simboliza la unión de la comunidad en torno a la fe.

Durante la ceremonia también se proyectaron imágenes de peregrinos de años anteriores, con escenas que mostraron el esfuerzo de quienes llegan a pie desde distintos pueblos y provincias. La pantalla instalada frente a la rotonda fue un recordatorio de la entrega silenciosa de miles de creyentes que, con mochilas al hombro y fe en el corazón, hacen posible una de las manifestaciones religiosas más grandes del norte argentino.

La participación de los salteños fue masiva. Familias enteras se dieron cita con velas en mano, muchos de ellos vestidos con remeras alusivas al Milagro. Se escucharon oraciones en voz baja, cantos y hasta algún que otro aplauso espontáneo cuando la luz comenzó a cubrir por completo la figura del monumento. La atmósfera fue de recogimiento, pero también de celebración compartida.

La tradición de encender velas por los peregrinos comenzó como una iniciativa sencilla, pensada para poner en valor el sacrificio de quienes llegan caminando a la ciudad. Con el paso de los años, se transformó en una cita obligada en el calendario religioso de Salta, generando un fuerte sentido de pertenencia en los vecinos y en los propios peregrinos que ven reconocido su esfuerzo.

El intendente Emiliano Durand acompañó el homenaje y compartió el momento con los presentes. Su presencia se enmarcó en las actividades oficiales que la Municipalidad organiza en torno al Milagro, una festividad que cada septiembre convoca a cientos de miles de fieles y visitantes.

Más allá de lo institucional, el protagonismo fue de la gente. Jóvenes, adultos mayores y niños se mezclaron en una misma expresión de fe popular que sigue marcando la identidad de la provincia. Algunos aprovecharon para tomarse fotos junto a las velas, otros permanecieron en silencio unos minutos frente a las imágenes, en un gesto íntimo de devoción.

La Rotonda del Peregrino, ubicada en un punto estratégico de ingreso a la capital, se ha convertido en un espacio de encuentro para los salteños en tiempos del Milagro. No es casual que allí se levanten las imponentes siluetas metálicas de los Santos Patronos: el lugar es visto como la primera bienvenida a los caminantes que llegan desde el interior de la provincia y desde provincias vecinas como Jujuy, Tucumán, Catamarca y Santiago del Estero.

La iluminación con velas es también una metáfora de lo que significa el peregrinar. Cada luz representa a un devoto, a una promesa, a un pedido. Cada vela encendida es una historia que se suma a la gran historia colectiva del Milagro, que desde hace siglos moviliza a todo el norte argentino.

El homenaje se suma a las numerosas actividades que se realizan durante los días previos a la procesión central del 15 de septiembre, cuando el Señor y la Virgen del Milagro recorren las calles de la ciudad en medio de una multitudinaria manifestación de fe. Esa jornada, considerada la más importante del calendario religioso salteño, convoca a miles de peregrinos que ya comenzaron a llegar a pie a la capital en estos días.

El Milagro es más que una fiesta patronal: es un fenómeno social y cultural que moviliza a toda la provincia. La llegada de los peregrinos transforma a Salta en un punto de encuentro donde convergen la tradición, la fe y la identidad de un pueblo. Y cada gesto, como el encendido de velas en la Rotonda del Peregrino, refuerza ese sentimiento colectivo que atraviesa generaciones.

Así, entre la luz de las velas y el silencio respetuoso de la multitud, Salta volvió a rendir homenaje a quienes hacen posible que la fe se mantenga viva. Una postal que, año tras año, recuerda que el Milagro es mucho más que una fiesta: es la expresión más profunda del alma de los salteños.


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