Tomar 2 litros de agua por día es esencial para mantener el cuerpo hidratado, sin embargo, no es suficiente para verlo reflejado en la piel.
A pesar de que se creía que tomar la cantidad de agua adecuada ayudaba a tener una piel más iluminada, los dermatólogos advierten que no es el factor principal a la hora de mejorar la piel seca.
Ante esto, indicaron que lo cierto es que al ser el órgano más grande que tenemos, necesita cuidados específicos desde afuera para recuperar su equilibrio y evitar la descamación, el enrojecimiento o la tirantez.
¿Qué es lo que más ayuda a una piel seca, según los dermatólogos?
Usar cremas con activos humectantes: elegí productos que contengan ingredientes como glicerina, ácido hialurónico o ceramidas. Ayudan a retener el agua en la piel y a reparar su barrera natural.
Aplicar la crema justo después del baño: con la piel aún húmeda, los productos se absorben mejor y sellan la hidratación más eficazmente.
Evitar el agua muy caliente: ducharse con agua tibia preserva los aceites naturales de la piel, que son clave para evitar la resequedad.
Usar jabones suaves o sin sulfatos: los limpiadores agresivos resecan. Buscá opciones sin alcohol, sin perfume y con pH neutro.
Secar con toques suaves, no frotar: frotarse con la toalla daña la piel y empeora la tirantez. Mejor dar golpecitos suaves para no irritarla.
Tomar agua, pero sin obsesionarse: una buena hidratación interna es importante, pero por sí sola no soluciona la sequedad de la piel.
Usar humidificador en ambientes secos: especialmente en invierno o con calefacción, mantener la humedad ambiental ayuda a que la piel no pierda agua.
Protegerse del viento y el frío: el clima extremo también daña la piel. Usá ropa adecuada y reaplicá crema si vas a estar al aire libre.