El sábado por la noche, un boliche ubicado en la avenida Bolivia fue escenario de incidentes que generaron controversia. Posteriormente, en las redes sociales se difundió la versión de que un grupo de rugbiers habría patoteado a un joven. Sin embargo, uno de los protagonistas de los hechos rompió el silencio y desmintió estas acusaciones en una entrevista con El Tribuno, diario que se prestó para una charla con el muchacho cuya imagen circuló ampliamente las redes el fin de semana.
El deportista, señalado como el presunto responsable de la violencia, aclaró que no hubo ninguna patoteada por parte de un grupo de rugbiers. Según su testimonio, la pelea comenzó en el interior del boliche cuando se encontró con su expareja y el novio de la joven. Afirmó que, tras una discusión, ambos acordaron enfrentarse mano a mano. El detonante de la discusión habrían sido unos comentarios que le hizo la mujer al rugbier sobre los celos de su actual pareja: “me la cruzo a esta chica quien llorando me cuenta que su novio estaba celoso y alterado, que la había amenazado y que a mí me quería pelear”, señaló el muchacho. Luego acotó: “Sabía que tenía ganas de pelear, que estaba buscando problemas. Lo encaré, le pregunté si me andaba buscando y había amenazado a su novia y me respondió que sí y ahí, admito, yo me adelanté y le pegué primero”.
El joven rugbier además relató que la pelea se desarrolló entre ellos dos, sin la intervención de terceras personas. Aseguró que en ningún momento hubo una agresión en grupo y que la confrontación se mantuvo en el interior del establecimiento y luego continuó afuera. Además, mencionó la existencia de cámaras de seguridad y testigos que podrían respaldar su versión.
Respecto a la difusión del incidente en las redes sociales, el rugbier explicó que la foto que se viralizó fue publicada por la hermana del damnificado. Sin embargo, tras ponerse en contacto con la familia, logró que la publicación fuera eliminada. El joven expresó su preocupación por el club al que pertenece, ya que considera injusto que se le vincule con un acto de violencia en grupo que no ocurrió. Sobre todo teniendo en cuenta que aún está fresco el recuerdo del caso de Fernando Báez Sosa, asesinado a golpes por un grupo de rugbiers a la salida de un boliche en Pinamar.
Por otro lado, la expareja del rugbier lo denunció por violencia de género. Según la denuncia, el joven habría enviado mensajes amenazantes y realizado diversas intimidaciones. Ante este hecho, el deportista se disculpó por su comportamiento y reconoció que pudo haber evitado la situación. Además, hizo hincapié en que los jugadores de rugby no deben ser estigmatizados ni considerados violentos de forma generalizada.
