El gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, volvió a poner el foco en la relación entre las provincias y el gobierno nacional tras los cambios recientes en el gabinete de Javier Milei. La salida de Guillermo Francos como Jefe de Gabinete y de Lisandro Catalán del Ministerio del Interior motivó al mandatario a reclamar “interlocutores que tomen decisiones” sin esperar la aprobación de otros funcionarios.
En diálogo con medios locales, Sáenz señaló que los gobernadores muchas veces sienten que los problemas de sus provincias no se resuelven por prioridades distintas desde Nación, y destacó la importancia del diálogo: “Imaginarse que le puede ir bien al gobierno nacional si le va mal a las provincias es no entender cómo vivimos en Argentina”.
El mandatario reconoció la trayectoria de Francos, con quien mantuvo conversaciones constantes, aunque aclaró que muchas de las medidas acordadas dependían de Economía y no de él. También se refirió al posteo de Mauricio Macri criticando la designación de Manuel Adorni, y sostuvo con ironía: “No puedo juzgar a Adorni antes de verlo en acción. Capaz termina siendo el mejor jefe de Gabinete que ha tenido el país”.
Sáenz diferenció la función de los gobernadores de la de los referentes nacionales: “Nosotros tenemos que volver a nuestras provincias y dar soluciones a la gente. A nosotros nos dieron agua, no comimos milanesa”. Para el salteño, la clave es que los funcionarios nacionales puedan actuar con autonomía y sensibilidad hacia las necesidades provinciales.
Salta, con desafíos en infraestructura, agua potable y desarrollo productivo, espera que esta nueva etapa del gabinete nacional permita agilizar obras y proyectos estratégicos. Para Sáenz, el éxito del gobierno central está ligado al bienestar de las provincias, y la relación con Nación será observada de cerca por los mandatarios del interior.