A partir del lunes 22 de septiembre, los usuarios del transporte interurbano en la provincia de Salta deberán afrontar un aumento del 24% en el valor del boleto. La medida fue resuelta por la Autoridad Metropolitana de Transporte (AMT) tras el análisis de los costos operativos que, según los informes técnicos, mostraron un fuerte incremento en los últimos meses.
El ajuste alcanza únicamente a los colectivos del interior, es decir, aquellos que no forman parte del sistema Saeta que opera en el área metropolitana de Salta. La decisión se tomó luego de la audiencia pública realizada en el municipio de El Galpón, donde empresarios del sector expusieron la situación crítica que atraviesan las prestatarias debido a la suba constante de insumos clave como el combustible y los neumáticos.
De acuerdo al relevamiento de la AMT, entre septiembre de 2024 y julio de 2025 los costos de mantener el servicio de transporte interurbano crecieron en promedio un 24%. Ese número se convirtió en el parámetro para fijar la readecuación tarifaria que comenzará a regir en toda la provincia desde la próxima semana.
El último incremento en este tipo de servicios había sido en noviembre de 2024, por lo que las empresas argumentaron que el desfasaje acumulado hacía imposible continuar sin una actualización de valores. Además, remarcaron que la falta de subsidios nacionales profundizó la situación, ya que en el interior del país el sistema de transporte depende en gran medida de esos aportes para equilibrar sus cuentas.
Desde el directorio de la AMT señalaron que la medida es la única alternativa para garantizar la continuidad del servicio en las localidades salteñas. Sin el ajuste, sostuvieron, peligraba la frecuencia de los viajes y hasta la permanencia de algunas empresas que actualmente conectan a cientos de pueblos y parajes con las principales ciudades de la provincia.
El transporte público interurbano en Salta cumple un rol central para miles de familias que dependen de los colectivos para llegar a sus lugares de trabajo, escuelas, hospitales y trámites en las cabeceras departamentales. Por eso, cualquier variación en el precio del pasaje impacta de manera directa en la economía cotidiana de los hogares.
El nuevo cuadro tarifario todavía no fue difundido en detalle, pero se anticipa que el impacto variará según los tramos. En algunos recorridos largos, como los que unen el sur provincial con la capital, el incremento significará un gasto considerable para quienes deben viajar de manera frecuente.
En este escenario, se espera que los municipios del interior también analicen medidas complementarias para atenuar el impacto en los sectores más vulnerables, aunque no se informó todavía si habrá algún tipo de tarifa social o plan de asistencia específico.
Mientras tanto, los usuarios deberán reorganizar sus presupuestos para afrontar el aumento que, aunque previsible por el contexto económico nacional, vuelve a poner en discusión la necesidad de una política de transporte más equilibrada entre el AMBA y las provincias. En Buenos Aires, los subsidios nacionales siguen representando una parte importante del financiamiento del sistema, mientras que en Salta y otras jurisdicciones del norte, las empresas y los usuarios cargan con la mayor parte del peso.
El debate sobre la desigualdad en la distribución de los recursos vuelve a instalarse con fuerza. En los últimos años, las provincias del NOA y NEA vienen reclamando que se contemple la realidad del interior, donde los salarios son más bajos, pero los costos del transporte se encarecen con cada ajuste del combustible y de la inflación general.
El aumento que entrará en vigencia el 22 de septiembre no es un hecho aislado, sino una muestra más de la fragilidad del sistema de transporte público en el interior del país. Con un escenario económico nacional marcado por la inflación y la quita de subsidios, la pregunta es hasta cuándo podrán los usuarios absorber las subas sin que eso derive en una caída de la demanda y, en consecuencia, en una reducción aún mayor de los servicios disponibles.
En este contexto, la AMT ratificó que continuará con el seguimiento de la situación económica de las empresas y no descartó nuevas audiencias públicas en caso de que la inflación siga golpeando los costos operativos. La preocupación central, según reconocieron, es evitar que se interrumpan los servicios en localidades donde el colectivo es prácticamente la única alternativa de movilidad.
Para los salteños del interior, el colectivo no es un lujo ni un servicio accesorio: es la vía de conexión con la salud, la educación y la economía. Por eso, aunque el aumento genera malestar, también aparece como un mal necesario para sostener un sistema que viene sobreviviendo con lo justo en medio de una crisis que afecta a todo el país.