La vecina del barrio Congreso en Cerrillos ha compartido su preocupación por la creciente inseguridad en su zona. Los robos, adicciones y venta de drogas están generando un clima de temor en la comunidad. A pesar de los esfuerzos de los vecinos y algunas reuniones con autoridades, la falta de respuesta efectiva y la ausencia de recursos policiales han llevado a una situación cada vez más alarmante.
En una entrevista exclusiva con Agenda/Salta, una vecina del barrio Congreso en Cerrillos ha expresado su angustia ante la situación de inseguridad que se vive en su comunidad. La mujer, que ha preferido mantener su identidad en el anonimato por temor a represalias, compartió detalles alarmantes sobre la creciente ola de robos, adicciones y venta de drogas que afecta a la zona. Los problemas que aquejan al barrio son variados y preocupantes. En palabras de la vecina: "sobre todo es por el tema de los robos que hay, los comenten muchachos adictos a las drogas y sigue por el tema de los consumos". La comunidad se encuentra consternada por la presencia de jóvenes consumidores de drogas que cometen delitos y, según la entrevistada, enfrentan consecuencias insuficientes por parte de la justicia que los hace entrar por una puerta y salir, a las horas, por otra.
La falta de recursos y presencia policial también ha sido un tema recurrente en la conversación. "La realidad es que no tenemos móvil. Ya más de cuatro años, cinco años que no tenemos móvil policial", reveló la entrevistada. Además, mencionó que en el destacamento de Los Álamos, tampoco cuentan con suficiente personal, lo que dificulta aún más el combate a la inseguridad en la zona. Así también lamentó la falta de colaboración de las autoridades locales. A pesar de haber intentado establecer contacto con la intendenta Yolanda Vega y otros funcionarios, las respuestas han sido insuficientes. "Se la invitó a la Intendenta a una de las reuniones que hicimos; vino, puso su compromiso pero nunca pasó nada... primero dijo que iba a hacer tantas cosas maravillosas y nunca hizo nada", lamentó.
A la par de los robos, el consumo y tráfico de drogas, junto con la delincuencia juvenil, son problemáticas que han permeado en la vida cotidiana de los vecinos. En ese sentido, la vecina comentó que los jóvenes comienzan a consumir drogas a edades tempranas, 12 años en promedio, lo que agrava la situación. Además, la falta de denuncias por temor a represalias dificulta la acción de la policía.
La impunidad de los delincuentes también fue un tema en la conversación. La vecina relató cómo los operativos policiales a menudo no arrojan resultados debido a que los delincuentes parecen estar siendo alertados de antemano cada que la brigada está por entrar al barrio. Incluso hubo casos de represalias y amenazas por parte de los criminales hacia los denunciantes.
La situación es compleja, al punto que ya más de un vecino ha planteado la posibilidad de hacer justicia por mano propia, lo que podría terminar aún deteriorando más la frágil relación que se tiene con las familias identificadas como conflictivas. “Una de las que estaba ahí en la reunión dijo que ella va a hacer justicia por mano propia. Entraron a su casa, ella estaba durmiendo. Ella sabe quiénes son, uno vive a casi dos cuadras. Y el otro vive en la entrada del barrio. Porque además pasaban burlándose de ella, porque al mediodía los detenían y a la noche como a las once ya lo han soltado y los chicos se iban como si nada y se sentaban en la vereda de frente. Y como decía la vecina ya la próxima vez vuelven a entrar y ella lo lamenta porque los va a entregar en cajón”.
Ante este panorama desalentador, los vecinos han buscado reuniones con autoridades locales y provinciales para abordar la situación. Aunque se han realizado algunos encuentros con el Ministro de Seguridad, la intendenta y otros funcionarios, la vecina considera que las respuestas y acciones concretas han sido insuficientes para atender la complejidad de los problemas en el barrio Congreso. A pesar de los esfuerzos de la comunidad por denunciar y buscar soluciones, la falta de recursos y presencia policial, así como la falta de respuestas de las autoridades, han llevado a una situación alarmante que exige atención urgente.
