Gustavo, efectivo de la Policía Federal Argentina y custodio del Juzgado Federal en la capital salteña, falleció recientemente. Sin embargo, su última decisión en vida —donar sus órganos— permitió que tres personas recibieran una nueva oportunidad. Su legado ahora vive en otros cuerpos, gracias a un acto de amor y generosidad que emocionó a toda la comunidad.
Un servidor público que dejó todo, incluso después de su partida
Gustavo no solo era un policía comprometido, sino también un hombre querido por su entorno: respetuoso, solidario y profundamente humano. Compañeros, familiares y quienes lo conocieron en el ámbito judicial destacaron su entereza y dedicación diaria. “Siempre ponía a los demás primero”, aseguraron desde su círculo más cercano.
Su fallecimiento generó un profundo dolor, pero también despertó orgullo: donó sus órganos y salvó tres vidas. Un ejemplo de entrega total, incluso después de la muerte.
Un operativo coordinado con precisión para salvar vidas
El procedimiento de ablación se llevó a cabo en un sanatorio privado de Salta, con la participación de un equipo médico de alta complejidad y profesionales que viajaron especialmente desde Corrientes y Córdoba. El operativo fue coordinado por CUCAI Salta, con la colaboración de anestesistas, enfermeros, bioquímicos y personal especializado.
Pero no fue todo: la logística del traslado fue impecable. Cortes de tránsito, escoltas policiales y móviles sanitarios formaron parte de un dispositivo especial de seguridad para asegurar que los órganos llegaran a tiempo a los centros de trasplante.
Tres personas, una nueva oportunidad
Gracias a este operativo, tres personas en lista de espera hoy tienen una segunda oportunidad para seguir viviendo. Cada trasplante realizado representa más que una intervención médica: es la continuación de una vida y el reflejo de una decisión que trasciende lo individual.
En Salta, donde la donación de órganos sigue siendo un tema de fuerte concientización, el gesto de Gustavo marcó un antes y un después. Su historia ya se replica como símbolo de esperanza y compromiso social.
