Boca Juniors volvió a decepcionar este miércoles en un 2025 que parece no tener fin en cuanto a fracasos.
En un partido para el olvido, el Xeneize cayó 2-1 ante Atlético Tucumán en Santiago del Estero, quedando eliminado en los dieciseisavos de final de la Copa Argentina. Este nuevo traspié no solo aleja al club de la próxima Copa Libertadores, sino que pone en el ojo de la tormenta a Juan Román Riquelme, cuya gestión como presidente sigue acumulando críticas por los malos resultados y la falta de rumbo futbolístico.
El equipo dirigido por Miguel Ángel Russo, que aún no conoce la victoria en este ciclo, mostró una vez más su incapacidad para imponerse en la cancha. Solo por momentos, hacia el final del primer tiempo, Boca logró hilvanar algunas jugadas que ilusionaron a los hinchas, pero fue un espejismo. El resto del partido fue un monólogo de intrascendencia, con un equipo desorientado, sin ideas y carente de reacción ante un Atlético Tucumán que, sin ser brillante, supo aprovechar las falencias del rival.
Un Atlético Tucumán letal que expuso las miserias de Boca
El Decano, con un planteo ordenado y efectivo, golpeó en los momentos justos. Pasados los 20 minutos del segundo tiempo, Clever Ferreira abrió el marcador con un gol que desnudó las fallas defensivas del Xeneize. Minutos después, Mateo Bajamich sentenció el 2-0 con una definición que dejó en evidencia la fragilidad de un equipo que no encuentra respuestas. Desesperado, Boca intentó reaccionar en los minutos finales con un gol de Edinson Cavani, pero el descuento llegó tarde y no alcanzó para evitar otro capítulo bochornoso en la era Riquelme.
Riquelme, en la mira: una gestión que no encuentra el rumbo
La derrota en Copa Argentina no es un hecho aislado. Bajo la presidencia de Juan Román Riquelme, Boca Juniors atraviesa un 2025 para el olvido, con resultados deportivos que no hacen más que alimentar las críticas de los hinchas y la prensa. La falta de un proyecto futbolístico claro, decisiones cuestionables en el mercado de pases y la elección de un cuerpo técnico que no logra transmitir una identidad de juego han puesto a Román en el centro de la polémica. La eliminación ante Atlético Tucumán es solo la punta del iceberg de una crisis que parece no tener fin.
Los números no mienten: Boca no solo quedó afuera de la Copa Argentina, sino que también ve cada vez más lejos su clasificación a la Libertadores 2026. La falta de refuerzos de jerarquía, la dependencia de figuras como Cavani –que no puede resolver solo los partidos– y un plantel desbalanceado son problemas que la gestión de Riquelme no ha sabido solucionar. Los hinchas, que alguna vez idolatraron a Román como jugador, hoy cuestionan su capacidad para liderar al club desde los despachos.
Un equipo sin alma que decepciona a su gente
El partido en Santiago del Estero fue un reflejo de lo que viene siendo Boca en este 2025: un equipo sin alma, incapaz de sostener un nivel competitivo durante los 90 minutos. Atlético Tucumán, que ahora enfrentará a Newell’s en la próxima ronda, no necesitó demasiado para doblegar a un Xeneize que nunca encontró el rumbo. Las pocas ideas ofensivas, los errores defensivos y la falta de reacción tras los goles recibidos son una constante en un equipo que no logra conectar con su historia ganadora.
Los hinchas, que coparon las tribunas con la ilusión de ver a su equipo dar pelea, se fueron con las manos vacías y un sabor amargo. Las redes sociales explotaron con críticas hacia Riquelme y Russo, con hashtags como #RiquelmeRenunciá y #BocaEnCrisis que rápidamente se convirtieron en tendencia. La paciencia de la gente parece agotarse, y la pregunta que resuena en cada bar de La Boca es la misma: ¿hasta cuándo seguirá este declive?
¿Qué le espera a Boca en lo que resta del año?
Con la eliminación en Copa Argentina, Boca Juniors queda en una posición delicada. Sin chances reales de pelear por el título local y con la clasificación a la Libertadores en jaque, el futuro inmediato no es alentador. La gestión de Riquelme deberá dar respuestas urgentes si no quiere que el descontento de los hinchas se transforme en un problema aún mayor. Mientras tanto, Atlético Tucumán celebra una victoria que, aunque no los convierte en favoritos, los pone en el mapa de la Copa Argentina.
El Xeneize, que alguna vez fue sinónimo de gloria y mística, hoy es un equipo perdido, sin rumbo y con un presidente que no logra traducir su idolatría en resultados. La crisis en Boca Juniors está lejos de terminar, y la sombra de Riquelme se hace cada vez más pesada.
