Franco Colapinto volvió a quedar en el centro de la escena, esta vez lejos de los cronómetros y los boxes de la Fórmula 1. El joven piloto argentino, una de las grandes promesas del automovilismo nacional, reveló una promesa que rápidamente encendió la ilusión de los hinchas de Boca Juniors: el día que consiga su primer podio en la máxima categoría, lo celebrará con un homenaje explícito al club xeneize.
La declaración se dio en el marco de un evento organizado por uno de sus sponsors, donde el corredor de 22 años se mostró distendido y cercano, pero también atravesado por la nostalgia que implica vivir lejos de su país. Allí, sin vueltas y con una sonrisa, lanzó una frase que recorrió las redes y los medios: aseguró que cuando suba por primera vez al podio en la Fórmula 1 lo hará cantando “Boca, Boca, Boca”.
Más allá del tono distendido, la promesa dejó en claro el fuerte lazo emocional que Colapinto mantiene con Boca Juniors, una pasión que lo acompaña desde la infancia y que hoy se mantiene intacta pese a la distancia. En un contexto donde el automovilismo suele mostrarse distante de otras expresiones populares, el piloto argentino logró unir dos mundos profundamente arraigados en la cultura nacional: el fútbol y el deporte motor.
El vínculo de Colapinto con Boca no es una pose ni una estrategia comunicacional. Él mismo se encargó de explicar que su fanatismo nació en el seno familiar y se fortaleció con los años. Según relató, su familia es profundamente bostera y fue la responsable de llevarlo desde muy chico a La Bombonera, donde vivió algunas de las experiencias más intensas de su niñez. Esos recuerdos, aseguró, son los que más extraña desde que su carrera lo llevó a instalarse en Europa.
Hoy, con una agenda marcada por viajes, entrenamientos y compromisos internacionales, Colapinto reconoce que una de las cosas que más le pesa es no poder volver seguido a la cancha. La distancia física con Argentina y con el estadio Alberto J. Armando aparece como una de las contracaras del sueño cumplido de correr en la Fórmula 1, una categoría tan exigente como absorbente.
En los últimos días, el piloto bonaerense regresó al país para pasar las fiestas junto a su familia, una pausa necesaria antes de encarar una temporada clave en su carrera. Aprovechó esa estadía para reiterar públicamente su devoción por Boca Juniors y compartir reflexiones sobre lo que representa el club para él, no solo como hincha, sino también como símbolo de identidad y pertenencia.
En ese marco, Colapinto también se permitió imaginar cómo reaccionarían figuras internacionales del automovilismo al vivir una experiencia en La Bombonera. En declaraciones previas, había señalado que le gustaría que pilotos como Lewis Hamilton pudieran conocer el estadio y sentir de primera mano la energía que se vive en cada partido. Para el argentino, ese clima es difícil de explicar con palabras y forma parte de lo más auténtico del fútbol nacional.
Mientras tanto, en lo estrictamente deportivo, Colapinto se prepara para afrontar una nueva temporada en la Fórmula 1 con el equipo Alpine. El objetivo es claro: dar un salto de calidad, mejorar el rendimiento y empezar a pelear posiciones más competitivas que lo acerquen, justamente, a ese ansiado primer podio que ya promete teñir de azul y oro.
Desde la escudería francesa hay expectativas moderadas pero optimistas. Tanto Colapinto como su compañero Pierre Gasly confían en que el trabajo realizado permitirá achicar diferencias con los equipos de punta. En ese sentido, se prevé una inversión importante para optimizar los monoplazas y competir con mayor regularidad en la zona media del campeonato.
