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FEDERAL A

Juventud Antoniana quedó sin chances de ascenso tras caer ante Gimnasia de Chivilcoy

El “Santo” perdió 2 a 1 en Buenos Aires y se despidió de la ilusión de volver a la Primera Nacional.

IMAGEN ILUSTRATIVA
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La ilusión antoniana se apagó una vez más lejos del Martearena. Juventud Antoniana cayó 2 a 1 frente a Gimnasia de Chivilcoy en la tercera etapa de la Reválida del Torneo Federal A y quedó eliminado de la pelea por el ascenso a la Primera Nacional. El conjunto salteño necesitaba una victoria para seguir en carrera, pero terminó volviendo a casa con las manos vacías y con una racha que ya preocupa: hace más de dos años y medio que no logra ganar fuera de la provincia.

El partido, disputado en el estadio de Gimnasia, tuvo a un local más efectivo en los momentos clave. A los 42 minutos del primer tiempo, Mauro Gutiérrez rompió el cero con un remate cruzado que dejó sin reacción al arquero antoniano. Apenas iniciado el complemento, Ramiro Medina amplió la ventaja y puso a Juventud contra las cuerdas. El descuento de Juan Cruz Franzoni, tres minutos después, encendió una chispa de esperanza, pero no alcanzó para revertir el marcador ni el destino de un equipo que volvió a sufrir la falta de contundencia en los metros finales.

La derrota no solo marcó el final del camino en el torneo, sino también el cierre de una campaña irregular, en la que Juventud mostró buenos pasajes en el Martearena pero volvió a flaquear fuera de casa. Ese contraste fue determinante: mientras en Salta se hizo fuerte y consiguió resultados que lo mantuvieron con vida, cada salida al interior del país se convirtió en una odisea. Desde mediados de 2022, el “Santo” no gana como visitante, un registro que refleja la dificultad del equipo para sostener su rendimiento lejos de su gente.

A lo largo de la temporada, el plantel dirigido por su cuerpo técnico apostó a mantener un esquema ofensivo y tratar de imponer el ritmo del juego, pero las falencias en defensa y la falta de precisión en los momentos decisivos pasaron factura. En Chivilcoy, el equipo intentó reaccionar tras el 2 a 0, pero se topó con un rival que supo cerrarse bien atrás y manejar los tiempos del partido.

El segundo tiempo mostró un Juventud más decidido, con mayor posesión y algunos intentos de media distancia, pero sin claridad para vulnerar el arco local. Franzoni, que había ingresado desde el banco, aprovechó una pelota suelta en el área y descontó con un toque sutil, dándole algo de emoción al tramo final. Sin embargo, el empuje no fue suficiente y el reloj terminó jugando en contra.

El silbatazo final encontró a los jugadores salteños con rostros de frustración y resignación. La derrota significó el cierre anticipado de una ilusión que venía gestándose desde el arranque del campeonato, cuando el objetivo era claro: devolver a Juventud Antoniana al lugar que supo ocupar entre los grandes del fútbol del interior.

Con la eliminación consumada, el balance de la temporada deja más dudas que certezas. La falta de regularidad, especialmente fuera de Salta, volvió a ser el punto débil. La última victoria como visitante se remonta a mediados de 2022, un dato que preocupa y que deberá ser prioridad para cualquier proyecto que busque un verdadero salto de calidad.

En el plano futbolístico, hubo momentos en los que Juventud mostró un juego asociado interesante, sobre todo cuando pudo contar con el apoyo de su gente en el Martearena. Sin embargo, la desconexión entre líneas y la falta de contundencia ofensiva se repitieron partido tras partido. En torneos tan parejos como el Federal A, esos detalles suelen marcar la diferencia entre seguir soñando o quedarse en el camino.

El futuro inmediato invita a replanteos. El club deberá evaluar su estructura deportiva, la continuidad del cuerpo técnico y la conformación del plantel, con la mira puesta en el próximo torneo. La dirigencia sabe que la hinchada antoniana —una de las más fervorosas del norte argentino— no se conforma con participar: exige protagonismo, identidad y resultados.

La historia reciente demuestra que el ascenso no llega solo con buenas intenciones, sino con planificación, jerarquía y trabajo sostenido. Juventud Antoniana tiene los recursos humanos y el respaldo popular para reconstruirse, pero necesita transformar las lecciones de esta eliminación en un punto de partida.

En los próximos meses, el desafío será mayor: renovar la ilusión y consolidar un proyecto que devuelva al “Santo” a los primeros planos del fútbol argentino. Por ahora, la realidad marca otra frustración más en el largo camino de regreso a la Primera Nacional.

Mientras tanto, los hinchas vuelven a quedarse con ese sabor amargo que se hizo costumbre en las últimas temporadas. En Salta, nadie duda del amor por los colores, pero todos coinciden en que llegó el momento de dar un golpe de timón. El equipo tendrá que recomponer la confianza y recuperar esa mística que alguna vez lo llevó a ser protagonista en el norte y respetado en todo el país.


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