A pocos días de Navidad y Año Nuevo, el movimiento en el comercio salteño se sintió con fuerza, sobre todo en el microcentro, donde vidrieras iluminadas y promociones bancarias atraen a quienes buscan regalos y artículos para las celebraciones. Sin embargo, este impulso estacional no alcanza a equilibrar un año marcado por la retracción del consumo y las ventas a la baja.
El sector comercial local enfrenta un 2025 complejo, con meses de caídas sostenidas. Según un análisis interno, noviembre se ubicó entre los peores meses del año, en parte porque los consumidores prefirieron reservar parte de sus ingresos para afrontar los gastos típicos de las fiestas. El pago del aguinaldo, tanto en el sector público como privado, colaboró con un leve repunte, pero no modificó la tendencia general.
“Es típico de diciembre: la gente cuida lo que puede para pasar una Navidad digna y comprar algunos regalos. Las promociones y facilidades de pago ayudan, pero todavía estamos lejos de un escenario de recuperación pleno”, explican comerciantes locales.
Presión fiscal y costos altos
Una de las principales preocupaciones para el comercio formal en Salta es la presión impositiva. Los locales deben afrontar impuestos nacionales, provinciales y municipales, junto con elevados costos laborales y de servicios. Este contexto genera una brecha frente a la informalidad, que no tributa ni cumple con los mismos requisitos legales.
En palabras de representantes del sector, esta situación pone al comercio en desventaja frente a actividades informales, contrabando y ventas en la vía pública. “El comercio formal es el que sostiene aportes al sistema previsional, a la salud, la educación y la seguridad, y eso debería valorarse”, señalan.
El desafío del comercio digital
Si bien el comercio electrónico ha ganado terreno en Argentina, su incidencia en Salta todavía es limitada. La mayoría de las compras online se concentra en jóvenes y no superan el 20% del total del consumo. Para el comercio local, la verdadera competencia proviene de la informalidad, más que de las plataformas digitales.
Al mismo tiempo, el sector viene impulsando iniciativas para fomentar las compras en locales físicos. Una de ellas es la promoción provincial con sorteos en efectivo, que alcanza a comercios adheridos en toda la provincia y busca estimular el flujo de clientes.
Ventas en caída a nivel nacional
Los datos reflejan que la situación local forma parte de una tendencia nacional. Según informes de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), las ventas minoristas pymes cayeron 4,1% en noviembre respecto al mismo mes del año pasado y registraron un descenso mensual desestacionalizado del 9,1%. Aunque el acumulado anual muestra un crecimiento del 3,4%, impulsado por los primeros meses de 2025, la evolución desde mayo ha sido negativa.
En Salta, esto se traduce en meses de incertidumbre y estrategias de adaptación. Los comerciantes están evaluando cómo optimizar costos, aprovechar canales digitales y reforzar las promociones para mantenerse competitivos de cara a 2026. La combinación de un contexto económico desafiante y un mercado exigente obliga a repensar el modelo comercial y a buscar alternativas que incentiven el consumo sin comprometer la sustentabilidad de los negocios.
A pesar de estas dificultades, diciembre sigue siendo un mes clave para el comercio salteño. Las fiestas de fin de año generan un impulso temporal que permite aliviar la presión acumulada, aunque no cambian la realidad estructural del sector. Comerciantes y especialistas coinciden en que la recuperación verdadera dependerá de un escenario más estable, con menor presión fiscal y mayor confianza del consumidor.
Por ahora, el centro de Salta sigue vivo con compradores recorriendo locales y aprovechando descuentos, mientras los comerciantes buscan cerrar el año con un nivel de ventas “adecuado”, conscientes de que los desafíos para 2026 serán aún mayores.
