El tercer trimestre de 2025 dejó señales alentadoras para la estructura social argentina: la pobreza cayó al 24%, mientras que la clase baja no pobre aumentó su presencia entre los hogares del país. Los datos surgen de un informe de la consultora W, elaborado con base en la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del Indec y un modelo propio de análisis.
Según el estudio, los hogares en situación de pobreza pasaron del 26% al 24%, con ingresos mensuales inferiores a $1,18 millones. En paralelo, la clase baja no pobre creció del 24% al 28%, con un ingreso promedio de $1,85 millones, mostrando una mejora en la capacidad de consumo de un número cada vez mayor de familias.
Los estratos medios y altos mantuvieron su distribución. La clase alta sigue concentrando el 5% de los hogares, con ingresos mínimos de $7 millones y promedio de $12 millones. La clase media alta representa el 17% de los hogares con ingresos desde $3,7 millones, mientras que la clase media baja alcanza al 26% con ingresos desde $2,05 millones.
El informe también analizó los patrones de consumo por nivel socioeconómico. Los hogares de mayores ingresos continúan destinando gran parte de sus gastos a viajes al exterior y bienes dolarizados, mientras que la clase media alta busca sostener su nivel de vida. La clase media baja y la clase baja no pobre muestran recortes en rubros no esenciales, reflejo de decisiones de consumo más prudentes.
El “semáforo del consumo” indica que las ventas de autos y viajes al exterior crecieron más del 50% respecto a 2024, mientras que turismo receptivo, indumentaria y supermercados registraron caídas entre 5,1% y 18%. En productos masivos, los lácteos se mantuvieron estables, mientras que limpieza bajó 1%; alimentos, 3%; cosmética, 4,5%; golosinas, 5,5%; bebidas sin alcohol, 14%; y bebidas alcohólicas, 16,5%.
Estos números muestran un consumo más selectivo, condicionado por el nivel de ingresos. Las familias de clase baja no pobre empiezan a acceder a bienes no esenciales, mientras que los hogares de ingresos altos mantienen gastos en productos y servicios premium.
En resumen, el tercer trimestre de 2025 refleja una recomposición social: la pobreza retrocede y la clase baja no pobre se expande, aunque persisten diferencias marcadas en la capacidad de gasto y los hábitos de consumo entre los distintos estratos.
