La inflación en la Ciudad de Buenos Aires volvió a superar el 2% mensual en noviembre, registrando un aumento del 2,4% respecto a octubre, y alcanzó un alza de 32,6% en los últimos doce meses. Los datos reflejan que los precios en la capital mantienen un piso alto, con impacto directo en los bolsillos de los porteños, especialmente en transporte, alimentos y servicios.
Los alimentos subieron 2,2%, con incrementos importantes en carnes (+4,5%), pan y cereales (+2%) y frutas (+6,8%), mientras que verduras y legumbres mostraron bajas del 5,1%. El transporte avanzó 2,9%, impulsado por el aumento de combustibles, aunque la caída en pasajes aéreos moderó el impacto final. El cuidado personal se incrementó un 3,7%, y vivienda y servicios públicos subieron 2,5% por ajustes en expensas, alquileres y tarifas de electricidad y gas.
Recreación y cultura lideró los aumentos mensuales con un 4%, principalmente por los paquetes turísticos y servicios culturales. Además, los incrementos en restaurantes y salidas a comer se ubicaron en 2,7%. En términos interanuales, las categorías que más explican la suba de precios son vivienda, servicios básicos, alimentos y bebidas no alcohólicas, transporte y hotelería, que en conjunto representan más del 60% del alza total.
La inflación núcleo, que excluye bienes y servicios más volátiles, mostró un aumento de 2,5% en noviembre y desaceleró ligeramente interanualmente hasta 34,7%, reforzando la idea de que los precios en Buenos Aires se mantienen elevados de manera sostenida.
Para diciembre, mes tradicionalmente más inflacionario por la temporada de fiestas, se espera que la presión sobre los precios en la ciudad se mantenga. El bajo nivel de consumo podría actuar como un freno, mientras que las discusiones legislativas sobre posibles reducciones de impuestos generan expectativas sobre un posible alivio en los costos finales para los consumidores.
El informe también muestra que bienes y servicios continúan aumentando, con los regulados como tarifas avanzando un 2,7% y los estacionales apenas 0,9%. Esto evidencia que, más allá de la estacionalidad, la dinámica inflacionaria en Buenos Aires está fuertemente influida por los servicios y los ajustes de costos estructurales, como energía y transporte.
En síntesis, los indicadores de noviembre reflejan un escenario inflacionario sostenido en la capital, con leves variaciones mes a mes pero con un impacto significativo en el presupuesto familiar. El último trimestre del año será clave para ver si los ajustes en tarifas, impuestos y consumo logran moderar la presión sobre los precios.
