El papa León XIV se tomará un descanso estival del 6 al 20 de julio en el palacio papal de Castel Gandolfo, ubicado en las afueras de Roma. Este antiguo refugio de los pontífices fue rechazado por su predecesor, Francisco, quien optó por un departamento más modesto en la casa de huéspedes Santa Marta. Con la llegada de León, se espera un cambio hacia una mayor costumbre de tradición dentro de la Iglesia católica.
Desde que asumió el 8 de mayo, el papa fue elogiado como "prudente", "metódico" y "a la escucha" por expertos en el Vaticano. León, quien se hizo cargo tras la muerte de Francisco, mantuvo un enfoque que prioriza la unidad y la estabilidad en la Iglesia, en contraposición al estilo más innovador y a veces divisivo de su predecesor.
Al optar por símbolos tradicionales, como la mozzetta roja y la estola en su vestimenta, León hizo hincapié en retomar una imagen que refuerce la identidad pontificia. Según las opiniones de quienes compartieron con él, León es descripto como un hombre "pragmático", "tranquilo" y "reflexivo", que prefiere escuchar antes de tomar decisiones, lo que contribuyó a reconectar con la Curia.
En su primer encuentro con la Curia el 24 de mayo, pronunció una frase que resonó profundamente: "Los Papas van y vienen, la Curia permanece". Este tipo de declaraciones forma parte de un enfoque orientado a la unidad, algo que contrasta notablemente con las críticas que recibió Francisco sobre la Curia. León evitó realizar nombramientos importantes y mantuvo una postura cautelosa en cuanto a declaraciones políticas, tratando de no ofender a ningún sector del catolicismo.
Aunque en sus inicios como papa ha reafirmado conceptos fundamentales, como el celibato de los sacerdotes y la definición del matrimonio, su discurso sobre temas como la migración fue mínimo desde su elección. Sin embargo, sí instó a la justicia social, dejando claro su interés en estos asuntos, aunque de manera más comedida.
En el ámbito internacional, León renovó llamados a la paz en regiones como Gaza y Ucrania, incluso estableciendo contacto con Vladimir Putin para fomentar un diálogo que promueva la paz. A medida que se asienta en su rol, la comunidad católica observa con atención sus pasos, esperando un potencial "reequilibrio simbólico" que unifique a una grey que ha estado polarizada en los últimos años.