En un nuevo capítulo de tensiones en el conflicto palestino-israelí, Israel anunció este martes la deportación de la activista sueca Greta Thunberg, conocida por su militancia ecologista y, más recientemente, por su apoyo explícito a Hamás.
La decisión se tomó un día después de que las fuerzas israelíes interceptaran en el mar Mediterráneo un barco en el que Thunberg viajaba junto a otras 11 personas, con la intención de llegar a la Franja de Gaza para protestar contra Israel y respaldar al grupo terrorista palestino.
Según el Ministerio de Asuntos Exteriores israelí, Thunberg, de 22 años, fue obligada a presenciar videos de la masacre perpetrada por Hamás el 7 de octubre de 2023, como parte del procedimiento previo a su deportación. La activista aceptó firmar los documentos de expulsión y abandonó el país en un vuelo desde Tel Aviv con destino a Francia esta mañana.
Por otro lado, Francia informó que cinco de los seis ciudadanos franceses que acompañaban a Thunberg en la embarcación se negaron a aceptar las órdenes de deportación, lo que los ha llevado a enfrentar ahora procedimientos judiciales en Israel. Este incidente reaviva el debate sobre la libertad de expresión, el activismo político y los límites de la intervención internacional en un conflicto de alta sensibilidad.