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La actriz Emilia Clarke confesó que sufrió dos aneurismas ¿cuál es el pronóstico para aquellos que lo padecieron?

La actriz de 35 años confesó que, luego de la primera temporada de “Game of Thrones”, partes de su cerebro quedaron afectadas por la detección de dos aneurismas. De qué se trata esta dolencia y cuáles son las secuelas

La actriz Emilia Clarke confesó que sufrió dos aneurismas ¿cuál es el pronóstico para aquellos que lo padecieron?

Emilia Clarke, la actriz que interpretó a Daenerys Targaryen en Game of Thrones, sufrió dos aneurismas cerebrales en 2011 y 2013 mientras grababa la serie. La interprete londinense recordó cómo se recuperó de esos importantes problemas de salud y remarcó que el mero hecho de que pueda hablar ya le parece increíble, teniendo en cuenta que tras los ataques varias partes de su cerebro quedaron “inutilizadas”.

“Con la cantidad de mi cerebro que ya no puedo utilizar, es increíble que todavía sea capaz de hablar y vivir mi vida de manera completamente normal sin absolutamente ningún problema. Formo parte de la muy, muy, muy pequeña minoría de personas que pueden sobrevivir a eso”, apuntó la actriz en una entrevista en el programa Sunday Morging de la BBC, al que acudió para promocionar su nueva obra de teatro en la capital británica, The Seagull.

Alejandro Andersson, médico neurólogo (MN 65.836), director del Instituto de Neurología Buenos Aires (INBA), explicó que “los aneurismas pueden estar en varias partes del cuerpo, pero comúnmente hablamos de los que se ubican en el cerebro porque este órgano tiene metabolismo muy activo y una alta demanda de energía. Por lo cual reacciona muy sensiblemente a la deficiencia de oxígeno”.

"El cerebro tiene una alta demanda de energía. Por lo cual reacciona muy sensiblemente a la deficiencia de oxígeno”, explicó a Infobae Andersson
(Gettyimages)

"El cerebro tiene una alta demanda de energía. Por lo cual reacciona muy sensiblemente a la deficiencia de oxígeno”, explicó a Infobae Andersson (Gettyimages)

Clarke también hizo mención a lo importante que fue estar trabajando en la serie en ese momento. “Fue el dolor más insoportable, pero también fue increíblemente positivo que Game of Thrones me diese un propósito”, aseguró sobre sus aneurismas, una enfermedad que requiere de largos periodos de recuperación y sobre la que se sinceró por primera vez en 2019.

A raíz de estos acontecimientos que afectaron gravemente a su cerebro, Clarke fundó una organización benéfica para víctimas de lesiones cerebrales llamada SameYou, y aprendió a acepar su actual estado de salud y a vivir con él. “Pensé: ‘Bueno, esto es lo que soy. Este es el cerebro que tengo’. Así que no tiene sentido darle vueltas continuamente”, señaló.

La estrella también recordó la primera vez que vio imágenes de su cerebro luego de los aneurismas. “Falta una gran parte, lo que siempre me hace reír”, dijo y asegurando que se lo toma con humor. “Los accidentes cerebrovasculares, básicamente, ocurren cuando una parte de tu cerebro no recibe sangre durante un segundo, y desaparece. La sangre encuentra una ruta diferente para desplazarse, y eso hace que la parte a la que le faltó desaparezca”.

Un aneurisma es una protuberancia en un vaso sanguíneo causada por una debilidad en la pared del vaso sanguíneo, generalmente donde se ramifica (Getty Images)

Un aneurisma es una protuberancia en un vaso sanguíneo causada por una debilidad en la pared del vaso sanguíneo, generalmente donde se ramifica (Getty Images)

En 2019, Clarke escribió en una ensayo, publicado por The New Yorker, su dura experiencia mientras rodaba la serie de HBO. “En el set no cometí ningún error, pero fue difícil. La temporada dos sería la peor para mí. No sabía lo que estaba haciendo Daenerys. Si soy honesta, cada minuto de cada día pensé que me iba a morir”, aseguraba.

En ese texto, la actriz relató cómo, un tiempo después de terminar de grabar la primera temporada de la serie y mientras se preparaba para la gira para promocionarla, sufrió un doloroso colapso en el gimnasio. Rápidamente descubrieron que tenía una hemorragia cerebral que debía ser operada de inmediato. Se trataba de un tipo de aneurisma que lleva a la muerte a un tercio de los pacientes que lo sufren, aun si la operación, como sucedió en su caso, resulta exitosa.

Después de los aneurismas, Clarke sufrió afasia, el trastorno del lenguaje que se produce como consecuencia de una patología cerebral, y en un momento dado no pudo recordar su propio nombre. Afortunadamente, su memoria no se ha visto afectada a largo plazo, Pero, ¿qué es un aneurisma cerebral y qué puede causarlo? Se trata de una protuberancia en un vaso sanguíneo causada por una debilidad en la pared del vaso sanguíneo, generalmente donde se ramifica.

Después de los aneurismas, Clarke sufrió afasia, el trastorno del lenguaje que se produce como consecuencia de una patología cerebral, y en un momento dado no pudo recordar su propio nombre (Getty Images)

Después de los aneurismas, Clarke sufrió afasia, el trastorno del lenguaje que se produce como consecuencia de una patología cerebral, y en un momento dado no pudo recordar su propio nombre (Getty Images)

¿Qué es un aneurisma?

Según la Clínica Mayo, “en ocasiones, un aneurisma tiene el aspecto de una cereza que cuelga de un tallo. Un aneurisma cerebral puede presentar una pérdida o ruptura, y causar sangrado en el cerebro (accidente cerebrovascular hemorrágico). Con frecuencia, la ruptura de un aneurisma cerebral se produce en el espacio entre el cerebro y los tejidos delgados que lo recubren. Este tipo de accidente cerebrovascular hemorrágico se denomina hemorragia subaracnoidea”.

“La ruptura de un aneurisma pone en riesgo la vida rápidamente y requiere tratamiento médico inmediato. Sin embargo, la mayoría no provocan rupturas, no crean problemas de salud, ni causan síntomas. A menudo, dichos aneurismas se detectan durante pruebas que se realizan para otras afecciones. El tratamiento de un aneurisma intacto puede ser adecuado en algunos casos y evitar una ruptura en el futuro”, reza el sitio web de la entidad sin fines de lucro.

En diálogo con Infobae, Alejandro Andersson, médico neurólogo (MN 65.836), director del Instituto de Neurología Buenos Aires (INBA), aseveró: “Los aneurismas pueden estar en varias partes del cuerpo, pero comúnmente hablamos de los que se ubican en el cerebro. ¿Por qué? El cerebro tiene metabolismo muy activo y más de 85 mil millones de neuronas. De los 6 litros de sangre que circulan en el cuerpo, uno va a este órgano de apenas un kilo y medio. También, tiene una alta demanda de energía y reacciona muy sensiblemente a la deficiencia de oxígeno”.

Y continuó: “Para que ese oxígeno y la glucosa lleguen a todas las neuronas de nuestro cerebro y puedan trabajar adecuadamente tiene que haber un sofisticado árbol arterial-vascular. Al haber tanta cantidad de vasos sanguíneos, es probable que alguno de ellos venga mal formado y por tanto es mucho más frecuente encontrar aneurismas en el cerebro que en otras partes del cuerpo”.

¿Cuáles son los síntomas?

El síntoma más característico de la rotura de un aneurisma y la subsiguiente hemorragia es un dolor de cabeza muy intenso, de inicio súbito, que se conoce como cefalea en trueno (Andrea Warnecke)

El síntoma más característico de la rotura de un aneurisma y la subsiguiente hemorragia es un dolor de cabeza muy intenso, de inicio súbito, que se conoce como cefalea en trueno (Andrea Warnecke)

Según los expertos, dependiendo de la clase de aneurisma será la manifestación de los síntomas:

Rotura de un aneurisma

Un dolor de cabeza repentino e intenso es el síntoma clave de la ruptura de un aneurisma. Este dolor de cabeza suele describirse como el “peor dolor de cabeza” que alguien puede sentir. Además de un dolor de cabeza intenso, los siguientes son signos y síntomas comunes de la ruptura de un aneurisma:

- Náuseas y vómitos

- Rigidez en el cuello

- Visión borrosa o visión doble

- Sensibilidad a la luz

- Convulsiones

- Caída del párpado

- Pérdida del conocimiento

- Confusión

Aneurisma con filtración

En algunos casos, un aneurisma puede filtrar una pequeña cantidad de sangre. Esta filtración puede provocar solo un dolor de cabeza repentino y muy intenso. Con frecuencia, después de la filtración, se produce una ruptura más grave.

Aneurisma sin rotura

Es posible que un aneurisma cerebral intacto no cause síntomas, especialmente, si es pequeño. Sin embargo, un aneurisma intacto de mayor tamaño puede presionar los tejidos y nervios cerebrales, y puede causar: dolor en la parte superior y posterior de un ojo, dilatación de la pupila, cambios en la visión o visión doble y entumecimiento de un lado de la cara.

“El tema de los aneurismas es que en general antes de estallar no causan síntomas. Por lo que es posible que una persona tenga uno o varios -incluso grandes- sin antes haber tenido ningún tipo de manifestación”, añadió Andersson.

Cuáles son las causas y los factores de riesgo de los aneurismas

Se desconocen las causas de la mayoría de los aneurismas cerebrales, pero una variedad de factores, como el tabaquismo, pueden aumentar el riesgo

Se desconocen las causas de la mayoría de los aneurismas cerebrales, pero una variedad de factores, como el tabaquismo, pueden aumentar el riesgo

Se desconocen las causas de la mayoría de los aneurismas cerebrales, pero una variedad de factores puede aumentar el riesgo. Esta serie de factores pueden contribuir a debilitar una pared arterial y aumentar el riesgo de un aneurisma cerebral o su ruptura. Los aneurismas cerebrales son más comunes en los adultos que en los niños. También son más frecuentes en las mujeres que en los hombres.

Algunos de estos factores de riesgo se desarrollan con transcurso del tiempo, mientras que otros están presentes al nacer. Entre los primeros, se destacan: la edad avanzada, el tabaquismo, la presión arterial alta, el abuso de drogas ilícitas (en especial el consumo de cocaína) y el consumo excesivo de alcohol. Entre los últimos, los expertos hablan de: trastornos del tejido conectivo hereditarios, enfermedad renal poliquística, aorta estrecha (estrechamiento aórtico), malformación arteriovenosa cerebral y antecedentes familiares de aneurisma cerebral, especialmente un familiar de primer grado, como un padre, un hermano o un hijo.

La mejor manera de prevenir tanto la aparición como la rotura de los aneurismas es actuar sobre sus factores de riesgo modificables: dejar de fumar, controlar la tensión arterial, evitar el consumo de alcohol y no consumir drogas. Asimismo, se recomienda a las personas con dos o más familiares de primer grado que hayan tenido aneurismas que se sometan a un cribado mediante pruebas de imagen neurológica.

Aneurismas: cuáles son los tratamientos

Los procedimientos que se emplean con más frecuencia son: la cirugía abierta y el tratamiento endovascular

Los procedimientos que se emplean con más frecuencia son: la cirugía abierta y el tratamiento endovascular

Cuando se detecta un aneurisma no roto -de forma incidental o tras realizar un cribado familiar-, es necesario hacer una evaluación de las características de la dilatación y de la situación del paciente para decidir si se opta por vigilarlo o por intervenir quirúrgicamente. Se considera que los aneurismas que miden más de 7 milímetros de diámetro tienen un mayor riesgo de rotura y, generalmente, se tratan. Pero puede haber otras características que determinen la necesidad de operar aneurismas más pequeños: si crecen rápidamente, en personas con enfermedades que elevan el riesgo de rotura, dependiendo de la localización…

Por otro lado, no es lo mismo un aneurisma mediano en una persona joven, con muchos años de vida por delante, que en un individuo mayor, cuya menor esperanza de vida hace menos probable la rotura. Al igual que en otras enfermedades, además de utilizar escalas de valoración del riesgo, los especialistas tienen en cuenta la opinión del paciente, ya que los procedimientos que se emplean para tratar los aneurismas no están exentos de riesgo de complicaciones.

Los procedimientos que se emplean con más frecuencia son: la cirugía abierta, en la que un neurocirujano lleva a cabo un clipado o grapado del aneurisma, que consiste en graparlo o ponerle un clip para separarlo de la circulación sanguínea cerebral; y el tratamiento endovascular, en el que mediante un cateterismo, el neurorradiólogo llega hasta el aneurisma e introduce en el interior una bobina o espiral (coil) para embolizar el aneurisma y, de este modo, excluirlo de la circulación cerebral. También se pueden emplear técnicas mixtas que combinan la cirugía abierta y la endovascular.

“Hoy en día, se ha desarrollado muchísimo la neurocirugía endovascular, un procedimiento muchísimo menos invasivo que el clipaje quirúrgico. Insertar un catéter en la arteria ya no solo se usa como método de diagnóstico, sino que, a través de él, se pueden enviar dispositivos que reparan, tapan o solucionan el daño que genera un aneurisma en la pared arterial”, finalizó el Andersson.


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