Tres personas perdieron la vida y otras ocho resultaron heridas tras un brutal tiroteo ocurrido en la madrugada del domingo dentro de un restaurante del barrio de Brooklyn, en la ciudad de Nueva York. El hecho, que sacudió a la comunidad local, tuvo lugar en un establecimiento gastronómico ubicado sobre la avenida Franklin, en una zona transitada y a metros de espacios culturales muy concurridos.
Según informaron las autoridades, un grupo de hombres armados irrumpió en el local "Taste of the City Lounge" alrededor de las 3:30 de la madrugada, desatando un tiroteo feroz que sembró el pánico entre quienes se encontraban en el lugar. Al menos 36 disparos fueron realizados en cuestión de segundos, generando un saldo trágico que hasta el momento incluye tres víctimas fatales y múltiples heridos de diversa gravedad.
Las víctimas que fallecieron en el acto fueron dos hombres de 27 y 35 años, además de una tercera persona cuya identidad aún no fue confirmada oficialmente. En cuanto a los heridos, fueron trasladados de urgencia a distintos hospitales de la zona. Al cierre de esta nota, no se había brindado información detallada sobre su estado de salud.
La Policía de Nueva York desplegó un operativo en la zona que incluyó patrullajes, peritajes y rastrillajes en calles aledañas. Una de las primeras pistas surgió horas después del ataque, cuando se halló un arma de fuego en las cercanías de la avenida Bedford y Eastern Parkway, lo que podría aportar información clave para la investigación. Por ahora, los responsables del ataque permanecen prófugos y se trabaja intensamente para dar con su paradero.
Este nuevo hecho de violencia armada vuelve a poner en el centro de la escena el problema de los tiroteos en Estados Unidos, una problemática que, si bien muestra ciertos descensos en algunos indicadores, sigue provocando hechos lamentables como el ocurrido este fin de semana en Brooklyn.
El restaurante en cuestión, que opera en esa ubicación desde 2022, es un punto habitual de encuentro para vecinos de la zona y turistas. Su cercanía con el emblemático Museo de Brooklyn resalta aún más el impacto que este tipo de situaciones genera no solo en el barrio, sino en toda la ciudad.
El Departamento de Policía neoyorquino inició una investigación para esclarecer cómo comenzó la violenta escena y quiénes están detrás del ataque. Según trascendió, se analizan cámaras de seguridad del lugar y registros telefónicos que podrían haber captado movimientos sospechosos antes o después del tiroteo.
Cabe destacar que si bien en lo que va del año la ciudad de Nueva York había registrado una baja significativa en la cantidad de tiroteos, este episodio marca un quiebre inesperado. El hecho, además, revive el recuerdo de otro suceso ocurrido en noviembre de 2024 en Brooklyn, cuando un tiroteo generó caos pero no dejó víctimas fatales.
En este caso, la magnitud del ataque generó conmoción no solo por la cantidad de personas afectadas, sino también por el contexto: una madrugada de fin de semana, en un local céntrico y con presencia de numerosas personas. El nivel de violencia del ataque, la rapidez con la que ocurrió y la aparente planificación detrás del hecho alimentan la hipótesis de un ajuste de cuentas o una disputa previa.
Por lo pronto, los investigadores se muestran cautelosos y aseguran que no descartan ninguna línea. Mientras tanto, la comunidad neoyorquina —y también la opinión pública en otras partes del mundo— se muestra conmovida por un hecho que vuelve a encender las alarmas sobre la facilidad de acceso a las armas de fuego en Estados Unidos y la frecuencia con la que se producen episodios de esta naturaleza.
El ataque en Brooklyn es, lamentablemente, uno más en una larga lista de tiroteos que se repiten en territorio estadounidense. Pero cada uno de estos hechos deja huellas profundas, no solo en quienes lo sufren directamente, sino también en toda una sociedad que se acostumbra —con dolor y resignación— a convivir con la amenaza constante de la violencia armada.
Las próximas horas serán claves para el avance de la investigación. Mientras tanto, la policía continúa con la recolección de pruebas, los peritajes balísticos y las tareas de identificación de sospechosos. El restaurante, por su parte, permanece cerrado y con custodia policial, mientras se evalúan los daños y se asiste a las familias de las víctimas.