Este sábado por la noche, un sismo de magnitud 3.0 sacudió la región metropolitana de Nueva York y el este de Nueva Jersey. El movimiento, breve pero claramente perceptible, tuvo su epicentro al noreste de Hasbrouck Heights, en el condado de Bergen, a unos 10 kilómetros de profundidad, según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS).
Aunque no se reportaron heridos ni daños materiales, el evento sorprendió a residentes de zonas como Westchester County y otras áreas suburbanas. La sacudida, ocurrida a las 22:18 hora local, generó múltiples reportes en redes sociales y encendió alertas temporales en los sistemas de emergencia.
La Oficina de Manejo de Emergencias de la Ciudad de Nueva York (NYCEM) emitió un comunicado en sus plataformas digitales confirmando el monitoreo del evento. Además, recordó a la población que, aunque no era necesaria una evacuación ni medidas inmediatas, siempre es importante verificar posibles daños estructurales en viviendas o edificios.
También se emitió una advertencia preventiva: las réplicas podrían producirse minutos, horas o incluso días después del evento principal. Por eso, se pidió a los vecinos permanecer atentos, especialmente si vuelven a sentir movimientos extraños o si detectan objetos caídos, grietas nuevas o escombros dentro del hogar.
Aunque los terremotos no son comunes en el noreste de Estados Unidos, la región no está exenta de actividad sísmica. Solo semanas antes, en julio, se había registrado un sismo de magnitud 1.6 cerca de Morris Plains, también en Nueva Jersey. De hecho, el mismo sábado en que ocurrió este nuevo temblor, otro evento sísmico, de magnitud 3.6, se detectó en la misma región.
Esta cadena de temblores ha sorprendido a expertos y ciudadanos por igual. Aunque se trata de movimientos de baja intensidad, su frecuencia reciente ha encendido un nuevo foco de atención en una zona donde, históricamente, se ha minimizado el riesgo sísmico.
Mientras en el noreste de EE.UU. se registraban estos fenómenos, otras regiones del mundo experimentaron sismos más potentes. En California, un temblor de magnitud 4.4 sacudió el Inland Empire, acompañado por varias réplicas. Sin embargo, el más impactante fue en Kamchatka, Rusia, donde un terremoto de magnitud 8.8 estremeció el Lejano Oriente, siendo uno de los más fuertes jamás registrados en esa zona.
