La tranquilidad de un viaje turístico terminó en una madrugada cargada de tensión cuando un micro con más de 60 pasajeros argentinos fue atacado por una banda armada en plena ruta chilena. El grupo había cruzado por el Paso Los Libertadores rumbo a la Región Metropolitana, con destino a Estación Central, uno de los puntos comerciales más concurridos por quienes viajan al país vecino en busca de precios convenientes.
El episodio ocurrió cerca de las seis de la mañana en la zona de la cuesta Chacabuco, un tramo de ruta poco transitado a esa hora. Según reconstrucciones posteriores, los delincuentes interceptaron el colectivo mediante una maniobra cuidadosamente planificada. Primero, un vehículo se posicionó al lado del micro e hizo señas para advertir sobre una supuesta rueda pinchada. Cuando el chofer se detuvo para revisar el desperfecto, aparecieron otros autos desde atrás y rodearon al bus.
De inmediato descendieron entre cinco y doce personas encapuchadas, armadas y con un plan claro: ingresar al micro, reducir al conductor y al acompañante, y controlar a los pasajeros para despojarlos de sus pertenencias. El chofer fue golpeado y obligado a volver a poner el vehículo en marcha, pero a baja velocidad, mientras los asaltantes recorrían ambos pisos del colectivo.
El clima dentro del micro se volvió caótico. Los pasajeros, sorprendidos y sin posibilidad de reacción, fueron obligados a entregar celulares, mochilas, dinero y aparatos electrónicos. De los más de 60 viajeros, al menos 28 denunciaron robos directos. Algunos pocos lograron esconder documentos o teléfonos al notar lo que ocurría, aunque muchos quedaron sin identificación y debieron esperar asistencia consular.
Mientras el bus avanzaba lentamente por una zona rural, los delincuentes amenazaban de forma constante al conductor y seleccionaban los objetos de valor, que iban guardando en mochilas. Según los testimonios, el grupo hablaba con acentos que no parecían chilenos, lo que alimentó las sospechas de que la banda estuviera integrada por extranjeros.
Tras unos 15 o 20 minutos de tensión, los asaltantes descendieron del colectivo y escaparon en los mismos vehículos que habían utilizado para bloquear la ruta. La banda se esfumó antes de que pudiera intervenir alguna patrulla, aprovechando la falta de vigilancia en ese tramo.
Las autoridades chilenas trabajan ahora para identificar a los responsables mediante la reconstrucción del recorrido del micro y la búsqueda de registros en cámaras cercanas. En tanto, los pasajeros afectados recibieron acompañamiento consular para resolver la pérdida de documentación y continuar su viaje de regreso.
El violento asalto volvió a poner bajo la lupa la seguridad en los trayectos internacionales utilizados por turistas argentinos, especialmente en horarios de madrugada y en zonas de escasa presencia policial. Lo que debía ser un simple tour de compras terminó convirtiéndose en una experiencia traumática que reaviva el debate sobre la necesidad de mayores controles en las rutas que conectan ambos países.