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Así murió Diego, el policía de San Luis asesinado a piedrazos para robarle la bicicleta y las zapatillas

El oficial de 30 años fue atacado la semana pasada por una banda de jóvenes durante un asalto. La víctima agonizó por varios días.

Diego era padre de un nene de un año.
Diego era padre de un nene de un año.

A Diego Gatica, un policía de 30 años que prestaba servicio en la División Respuesta Inmediata Motorizada de la provincia de San Luis, lo mataron con saña y cierta planificación. Una banda de al menos 9 jóvenes lo atacó a piedrazos desde arriba de un puente, luego lo molió a golpes y cuando estaba inconsciente, le robaron la bicicleta en la que circulaba y hasta las zapatillas. Tras agonizar durante seis días, el oficial finalmente murió este domingo.

El violento robo ocurrió el lunes de la semana pasada sobre la avenida Eva Perón, en las inmediaciones del barrio Tibiletti, una zona humilde del oeste de la capital puntana. Eran aproximadamente las 18 horas cuando Gatica decidió salir a hacer algo de ejercicio con su bicicleta marca Venzo de color blanco. Se trataba de una actividad que hacía con frecuencia, ya que el policía era fanático de los deportes y especialmente del ciclismo. Fue en ese momento que, a unos cuantos kilómetros de su casa, fue sorprendido por los delincuentes que terminarían por asesinarlo a sangre fría.

La información oficial señaló que el efectivo no tuvo tiempo de nada y luego de recibir el piedrazo en la cabeza, cayó al piso y no pudo hacer mucho por defenderse. Fue un golpe certero y el ataque piraña se concretó en segundos. Tras varios días de agonía, falleció a comienzos de esta semana en el Hospital Central Ramón Carrillo.

Ana, la hermana de Diego, habló tras la muerte.

“Estaba al lado de un lugar que es una especie de villa, pero igual la gente generalmente va allá a hacer actividad física. En ese momento cuando mi hermano pasó, desde arriba de un puente estos malnacidos le tiraron una piedra y cayó de la bicicleta. No sólo no les bastó con eso, sino que también bajaron, lo patearon, le quitaron las zapatillas, le robaron la bici y lo arrastraron”, contó la hermana menor de la víctima, quien decidió no participar del entierro de Diego porque -dice- “no poder soportarlo”.

La investigación del crimen recayó en manos de la fiscal María del Valle Durán, integrante de la Fiscalía de Instrucción Nº 4 de la ciudad de San Luis, quien luego de una semana del episodio, ya pudo identificar a nueve sospechosos de haber participado en el ataque. Un detalle que sorprendió a los investigadores fue las edades de la mayoría de los que estarían involucrados. Por ejemplo, el presunto autor material, que fue detenido ayer en la madrugada tras una serie de allanamientos, apenas tiene 20 años.

De acuerdo con información oficial del Poder Judicial puntano, hasta el momento se encuentra imputados imputados seis jóvenes, entre ellos dos menores punibles de 17, acusados del delito de homicidio en ocasión de robo agravado por la participación de menores. Además, están acusados por encubrimiento agravado otros dos mayores, cuyas edades no fueron reveladas, y otro menor, también de 17 años.

Asimismo, hay tres menores inimputables de 13, 14 y 15 años que aparentemente tiene relación en el hecho, “cuyas actuaciones serán remitidas en compulsa a la juez de Familia en turno para que tome las medidas que estime correspondientes”. La audiencia de imputación de cargos se realizará hoy martes, cerca del mediodía.

Las heridas que le ocasionaron al oficial fueron extensas. “Tenía una lesión en la base del cráneo, tres facturas, un hematoma que le iba de lado a lado en la cabeza y resistió seis días en el hospital porque estaba bien físicamente. Fue muy violento todo lo que pasó. Y lo peor es que hubo menores involucrados”, señaló Ana.

En ese sentido, la hermana dijo que tuvo acceso al listado de llamados al 911 que se hicieron ese día y aparentemente hubo varios pedidos para que se acercara personal policial al lugar porque la banda de jóvenes ya había atacado a piedrazos a otras personas. Es decir, los imputados, si es que son culpables, sabían cómo actuar y lo hacían con total impunidad.

“La Policía nunca llegó. Entonces no es solamente que a mi hermano lo mató una banda de delincuentes sino que también los culpables son un conjunto de gente inoperante”, cuestionó la mujer, quien denunció que hasta el momento ninguna autoridad política ni judicial se puso en contacto con la familia.

Entre otros detalles, la hermana contó que Gatica era padre de un nene de un año recién cumplido y había ingresado a la fuerza hace cinco años. Reveló que su sueño siempre fue pertenecer a la fuerza y que lo que más le gustaba era hacer deporte. Salía a correr y andar en bicicleta. “Estudio tres años en el Instituto Superior de Seguridad Pública Juan Pascual Pringles, en San Luis. Allí, se recibió de oficial”, contó.

El uniformado, en sus tiempos libres, participaba junto a un grupo de ciclistas amateur para recorrer las calles de la ciudad. Era su hobby. De hecho, fue esta agrupación la que convocó a una movilización el día de ayer para pedir justicia y celeridad en la investigación. De la macha participaron amigos, colegas de las fuerza y obviamente los familiares. “Éramos él, mi hermano de 11 años y yo. La figura paterna de mi hermano menor era Diego. Lo llevaban a la peluquería, lo cuidaba, lo acompañaba a la escuela. Es muy duro para él también”, agregó Ana.

La idea de la familia para este domingo que pasó era festejarle el primer año de vida al hijo del oficial. Ese día los llamaron del hospital para decirles que la salud de Diego se complicó y que no aguantó la gravedad de la golpiza. “Hoy lo van a homenajear después de muerto porque la Policía no lo hace nunca en vida. Nos quedamos con eso”, finalizó la mujer entre lágrimas. Pidió perdón por no poder seguir hablando. “Sólo pido justicia”, dijo.


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