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REFORMA LABORAL

Carlos Zapata: “Los sindicatos se están pegando un tiro en el pie”

El diputado nacional los acusó de sabotear su propio futuro al bloquear cambios que generarían miles de puestos formales.

Carlos Zapata: “Los sindicatos se están pegando un tiro en el pie”

El diputado nacional Carlos Zapata salió al cruce de los gremios que se plantan contra la reforma laboral impulsada por Javier Milei, y los acusó de sabotear su propio futuro al bloquear cambios que generarían miles de puestos formales, atraerían inversiones privadas y fortalecerían el sistema previsional.

 

Carlos Zapata no se guardó nada: “Los sindicatos se están pegando un tiro en el pie”. Con esa frase lapidaria, el diputado nacional por Salta resumió el contrasentido de frenar la reforma laboral que el Gobierno plantea para dinamitar el empleo registrado, bajar la informalidad y oxigenar las cuentas previsionales. 

Para el salteño, la clave pasa por romper el monopolio sindical obligatorio. “Mantener la legislación actual les impide a los gremios incrementar afiliados o captar a quienes hoy podrían sumarse”, explicó. Si un obrero elige libremente afiliarse, los sindicatos tendrán que competir ofreciendo beneficios reales y no vivir de cuotas compulsivas.

Zapata puso el dedo en la llaga geográfica: el servicio sindical brilla por su ausencia lejos de la Capital Federal. Tomó como ejemplo al UATRE, el gremio rural que cubre todo el país, pero concentra hospitales y prestaciones en Buenos Aires. “En Salta no tenemos ni un hospital; todo queda a miles de kilómetros”, graficó, y recordó las zonas de cultivo intensivo donde los peones quedan a la buena de Dios.

En la provincia de Buenos Aires, ironía mediante, la densidad de afiliados rurales es bajísima comparada con el NOA o Cuyo. “Hay muy pocos en relación al resto del país”, detalló Zapata. Esa desconexión explica por qué miles de changas nunca blanquearon: los beneficios sindicales suenan a cuento chino cuando el hospital más cercano está en la General Paz.

El oxímoron es brutal: “Si el sindicato entorpece la creación de puestos, está en contra de sí mismo”. Con adhesión voluntaria, los gremios tendrían que correr detrás del afiliado. “Facilitar esa libertad los fortalecería: mejorarían servicios para que resulten útiles y atractivos”, vaticinó el diputado. Solo así defenderían de verdad al trabajador y no al aparato burocrático que vive de la caja forzosa.

Muchas veces, reconoció Zapata, los propios obreros sueltan la perla: “Con defensores así no necesito atacantes”. Esa frase resume el desencanto de quienes pagan cuota solidaria y nunca vieron un voucher médico o un curso de capacitación. La reforma rompería ese círculo vicioso y pondría a los sindicatos a rendir cuentas.

 


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