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ECONOMÍA

El Massazo dejó un total de 10.450 millones de billetes en circulación y una hiperinflación a punto de explotar

Los desequilibrios generados por la gestión del exministro Massa dejaron sentadas las bases para una tasa de inflación mensual del orden del 30% en el último mes del año 2023.

El Massazo dejó un total de 10.450 millones de billetes en circulación y una hiperinflación a punto de explotar

Los efectos del llamado “massazo” siguen llegando al bolsillo de los consumidores. Antes de abandonar el poder, el Gobierno kirchnerista dejó un saldo de por lo menos 10.450 millones de billetes en circulación (de las distintas denominaciones), el récord más drástico desde la introducción del signo monetario actual.

Por otra parte, se estima que circulan alrededor de 5.700 millones de billetes de $1.000, y la cantidad de billetes se disparó en 1.200 millones desde diciembre de 2019 según estima el propio Banco Central.

La masiva inyección de pesos en la economía dio lugar al desastre inflacionario más profundo desde la última gran hiperinflación. Las consultoras privadas estiman que los precios se habrían disparado entre 20% y 30% hacia el último mes de 2023, como resultado del inevitable sinceramiento de precios relativos (tarifas públicas y tipo de cambio).

El Gobierno anterior retrasó sistemáticamente el precio de bienes y servicios estratégicos, mientras que la insana cantidad de pesos emitidos aceleró dramáticamente la nominalidad de la economía.

Esta situación era completamente imposible de sostener, por lo que el Gobierno entrante se vio obligado a llevar el tipo de cambio oficial por encima de los $838 en sus primeros días de gestión, y al mismo tiempo se anunció un programa de sinceramiento sobre el precio de las principales tarifas públicas.

Las consecuencias del ajuste fiscal y monetario que deberá emprender la Argentina para poder sanear su economía responden a las políticas irresponsables que se llevaron a cabo en los últimos cuatro años.

Para lidiar con esta situación, el Presidente Milei ordenó un ajuste presupuestario del orden de los 5 puntos del PBI, en línea con el programa que está ejecutando el ministro Luis Caputo al frente de la cartera económica. Este ajuste no incluye el ahorro de déficit por privatizaciones, ya que estas últimas serán tratadas por separado y caso por caso.

Cerca del 60% del ajuste anunciado recae sobre partidas vinculadas al sector público, mientras que el 40% restante será costeado por el sector privado de manera irremediable. 

Pese a las medidas que debieron ser adoptadas, el Presidente ratificó que todos los aumentos impositivos de emergencia (entre ellos el aumento de las retenciones y el impuesto PAIS) serán de carácter estrictamente transitorio.


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