En medio del cierre de campaña y a solo días de las elecciones legislativas, Javier Milei cumplió 55 años este miércoles y lo celebró de manera reservada en la residencia de Olivos. El mandatario aprovechó unas horas de descanso antes de partir hacia Rosario, donde encabezó el último acto de La Libertad Avanza.
El cumpleaños del presidente, nacido el 22 de octubre de 1970, coincidió con una de las jornadas más intensas de la recta final electoral. Según trascendió, el festejo fue sencillo y en familia, con algunos colaboradores cercanos. La consigna fue mantener un clima íntimo, sin grandes protocolos ni actividades oficiales durante la mañana.
Por la tarde, Milei retomó la agenda de campaña. En Rosario, volvió a mostrarse junto a los principales candidatos de su espacio en una caravana que reunió a militantes y simpatizantes de todo el país. El acto buscó transmitir fuerza y optimismo en la previa de los comicios del domingo, con el mensaje que el presidente repite en cada aparición pública: “La libertad avanza o la Argentina retrocede”.
Un día antes, el mandatario había estado en Córdoba, donde realizó una breve caminata por Nueva Córdoba y saludó a los militantes desde una camioneta de Casa Militar. Allí, también improvisó unas palabras con megáfono en mano frente a las Aguas Danzantes del Buen Pastor. El paso por esa provincia fue el anteúltimo de su recorrida nacional, antes de concentrar todos los esfuerzos en Santa Fe.
En el norte argentino, especialmente en Salta, los referentes libertarios siguieron de cerca la agenda presidencial. En las sedes partidarias se organizaron encuentros y transmisiones en vivo para acompañar los actos, en medio de un clima de expectativa por el resultado electoral. Desde distintos sectores locales se espera que las políticas del Gobierno nacional comiencen a tener impacto en la economía regional, sobre todo en la producción y el empleo.
A los 55 años, Milei atraviesa un momento político clave. La celebración íntima en Olivos marcó una pausa breve en una semana cargada de definiciones. Mientras soplaba las velas, el presidente ya tenía la mirada puesta en el desafío inmediato: consolidar su fuerza en las urnas y mantener viva la energía libertaria que lo llevó al poder.