El femicidio de Daiana Mendieta, la joven entrerriana de 22 años que fue encontrada sin vida en un aljibe de diez metros de profundidad, dio un giro inesperado. La autopsia reveló que no murió por un disparo en la cabeza, como se creía al inicio, sino por un traumatismo de cráneo causado por un golpe con un objeto filoso. La investigación ahora apunta con más fuerza al único detenido en la causa, un hombre de 55 años que habría tenido un vínculo con la víctima.
El hallazgo del cuerpo ocurrió el martes, tras cuatro días de intensa búsqueda en la localidad de Gobernador Mansilla, en una zona rural conocida como Los Zorrinos. El cadáver estaba oculto entre ramas, tierra y raíces, en un pozo de difícil acceso. La escena generó un fuerte impacto en la comunidad, que había seguido de cerca la desaparición desde el viernes anterior.
La primera hipótesis de las autoridades indicaba que Daiana había sido ejecutada con un arma de fuego. Sin embargo, el informe preliminar de la autopsia desmintió esa versión. Según los forenses, el golpe que recibió en la parte posterior del cráneo fue letal, y la lesión —similar a una herida de bala— generó la confusión inicial. El cuerpo fue trasladado a la Morgue para estudios complementarios.
En paralelo, la investigación sigue centrada en Gustavo Brondino, alias “Pino”, un vecino del pueblo que fue arrestado el domingo. Su número aparecía en las últimas comunicaciones del celular de Daiana. Además, vive a pocas cuadras del domicilio de la víctima y alquilaba un galpón donde se secuestraron armas, celulares y una camioneta.
Durante el allanamiento, Brondino intentó manipular un arma de fuego y fue reducido por la policía. Por ese episodio, enfrenta cargos por atentado a la autoridad y portación de armas. Aunque no fue imputado formalmente por el femicidio, la fiscal del caso lo señaló como el principal sospechoso. Se le dictó prisión preventiva por 90 días mientras avanza la causa.
La desaparición de Daiana fue denunciada por su familia luego de que saliera de su casa el viernes por la noche a bordo de su Chevrolet Corsa. Horas después, su celular dejó de emitir señal y no volvió a comunicarse. El auto apareció abandonado en un camino rural, con las llaves puestas. Esa fue la primera pista concreta que llevó a las autoridades a rastrillar la zona donde luego encontraron el cuerpo.
El caso generó conmoción no solo en Entre Ríos, sino también en otras provincias del norte del país, donde la violencia de género continúa siendo una problemática urgente. La familia de la joven exige justicia, mientras los investigadores intentan reconstruir las últimas horas de vida de Daiana y confirmar si Brondino fue quien terminó con su vida.
