La victoria de Manuel Adorni en la Ciudad de Buenos Aires reordenó la escena política nacional y reactivó las negociaciones entre La Libertad Avanza (LLA) y sectores del PRO con vistas a las elecciones bonaerenses. En Casa Rosada ahora se concentran en fortalecer un acuerdo en la provincia de Buenos Aires que les permita disputar con fuerza el control de ese distrito, aún dominado por el peronismo.
El resultado del domingo pasado consolidó a los libertarios como la fuerza más votada en Capital, duplicando los apoyos obtenidos en la elección anterior, cuando obtuvo el 12,93% de los votos en la elección para jefe de Gobierno porteño, con Ramiro Marra como candidato. A la vez, la derrota del PRO impactó en la interna del partido amarillo. “El PRO es más que Macri”, declaró a Noticias Argentinas una fuente con acceso directo al despacho presidencial.
Desde el Gobierno marcan una diferencia entre el expresidente y dirigentes como Cristian Ritondo, Diego Santilli o Guillermo Montenegro. A estos últimos se los valora por su respaldo al programa económico libertario. “Está avanzado independientemente de Macri. ¿O acaso ignoran las fotos de mi hermana, Sebastián Pareja, ‘Lule’ Menem, Cristian Ritondo, el ‘Colo’ Santilli y José Luis Espert?”, lanzó Javier Milei en una entrevista con A24. También cuestionó duramente a Macri: “Para algunas cosas está grande y no las entiende”.
Urgencias electorales y heridas internas
La estrategia oficial incluye dos niveles de negociación: una, de corto plazo, apunta a las elecciones provinciales del 7 de septiembre, donde se elegirán diputados y senadores bonaerenses, concejales y consejeros escolares; la otra, de alcance nacional, mira al 6 de octubre, cuando se renovarán 130 bancas en Diputados y 24 en el Senado.
Según confirmaron fuentes oficiales, se reanudaron los contactos con Ritondo, Santilli y Montenegro, e incluso con unos treinta intendentes radicales con peso en territorio bonaerense. Gobernadores peronistas y ex aliados de Juntos por el Cambio también integran la nómina de interlocutores. “La elección de los porteños fue clara, y es un síntoma de lo que pasa en todo el país. Vamos a seguir charlando con el PRO, como lo venimos haciendo”, indicaron desde Balcarce 50.
La misma noche del revés en las urnas, Mauricio Macri decidió dar un paso al costado. En declaraciones a TN, señaló: “Cristian Ritondo tiene un mandato como presidente del partido en PBA para negociar un frente”. La movida dejó vía libre a los armadores del PRO para avanzar en el diálogo con los libertarios. En ese marco, referentes bonaerenses del PRO propusieron posponer una semana las conversaciones: “Tiene que bajar la espuma”, advirtieron, tras las declaraciones de Milei contra Macri.
Un frente común para derrotar al kirchnerismo
Desde el entorno de Montenegro ratificaron su objetivo de “derrotar al kirchnerismo” en la provincia. “Hay que ser pragmáticos”, explicaron. “Los pilotos pueden ser Ritondo, Santilli y el propio Montenegro. Hay que ver cuál es la mejor escudería”, agregaron.
Mientras Ritondo impulsa la conformación de un frente electoral formal entre el PRO y LLA, Santilli plantea una fórmula menos rígida, similar a la alianza de 2013 entre Macri y Sergio Massa: una simple adhesión sin condiciones. En ambos casos, el objetivo declarado es el mismo: construir una alternativa con chances de vencer a Axel Kicillof o a una eventual candidatura de Cristina Kirchner.
En paralelo, La Libertad Avanza comenzó a explorar una vía adicional: sumar a intendentes radicales para inclinar la balanza en las dos elecciones bonaerenses. “Estamos charlando”, deslizaron desde el entorno presidencial.
La discusión también alcanzó al Grupo Sur, que reúne a intendentes de la Sexta Sección Electoral. El sábado último se realizó un encuentro en Coronel Pringles, encabezado por los alcaldes Lisandro Matzkin (Pringles) y Diego Reyes (Puán). Participaron dirigentes del PRO, la UCR, la Coalición Cívica, el MID y partidos vecinalistas. El eje fue claro: debatir la posibilidad de un frente común para enfrentar al kirchnerismo en las próximas elecciones.
Desde el oficialismo creen que el resultado porteño empoderó a Ritondo dentro del PRO y debilitó a Macri. Aun así, hay resistencia en sectores amarillos que ven en la ofensiva del Presidente un intento de forzar definiciones a su favor. “Muchos no se pasan por miedo, otros se van a ir de la política”, reconoció un dirigente libertario con vínculos estrechos con referentes del PRO.
Los puentes están tendidos. Pero el acuerdo final, aseguran en ambos frentes, dependerá del equilibrio entre las urgencias electorales y las heridas internas.