La justicia cordobesa dictó prisión perpetua para Brenda Cecilia Agüero, la enfermera del Hospital Materno Neonatal Ramón Carrillo, acusada de asesinar a cinco bebés y provocarle intentos de homicidio en otros ocho. El caso, que sacudió a Córdoba, entre marzo y junio de 2022, culminó en un coro de indicios contundentes.
Entre los argumentos del fallo, el tribunal remarcó frases como: “la responsable fue la única persona presente en todos los casos”, “detectó los episodios antes de que se notaran clínicamente” y “cesaron tras su separación del servicio”. Además, constataron en el botiquín elementos que no correspondían al hospital —ampollas de potasio e insulina en plumas— y destacaron que los pinchazos dejaban señales fiables en un solo caso, aunque la acumulación de pruebas indirectas resultó definitoria.
El veredicto mayoritario surgió de un tribunal de cámara (voto del juez Cesano y la vocal Huberman) y un jurado popular que predominó por mayoría. Solo dos jurados y la vocal Soria votaron por la absolución.
Según la acusación, Agüero usaba potasio e insulina "incompatibles con la vida" para generar emergencias inesperadas y luego lucirse frente al equipo médico, ganando reconocimiento en el hospital. El “perfil narcisista” que le adjudicaron los jueces y su intención de mudarse cuando surgieron sospechas reforzaron la convicción de actuar con premeditación.
El caso tuvo alcance histórico: en el juicio se sentaron en el banquillo 10 ex funcionarios del hospital y del Ministerio de Salud provincial. Cinco de ellos recibieron condenas que van de los cuatro a cinco años por encubrimiento o negligencia, incluyendo a la exdirectora Liliana Asís y la jefa de Neonatología Marta Gómez Flores. En tanto, el exministro Diego Cardozo fue absuelto. La Justicia calificó los acontecimientos como "violencia institucional" y atribuyó responsabilidad civil a la provincia, que deberá indemnizar a las familias.