El ministro de Economía Sergio Massa anunció el congelamiento general de todos los precios del combustible hasta el próximo 31 de diciembre, en línea con el tipo de cambio fijo establecido para el segmento oficial del dólar en el mismo período de tiempo.
Las medidas llegan después de la caótica devaluación del 22,5% adoptada el día lunes, que provocó un brutal y rápido estallido inflacionario sobre los alimentos más básicos de consumo masivo.
Las primeras empresas en actualizar sus precios fueron Shell y Puma, y aunque YPF demoró hacerlo por la influencia del Estado, finalmente debió trasladar el aumento del 12,5% del mismo modo que las empresas competidoras. Se trata del segundo aumento que aplicaron las petroleras en el mes, después de una leve actualización del 4,5% anunciada el 1° de agosto.
Del mismo modo en que ocurre con el tipo de cambio, el Ministro solo generó una bomba de tiempo que estallará hacia el final de las elecciones generales. La devaluación del día lunes ya fue casi completamente consumida por el aumento de los precios, con lo cual hasta octubre el tipo de cambio real se seguirá retrasado y generará mayor presión devaluatoria luego del 31 de octubre.
Lo mismo ocurre con el precio de los combustibles. El Gobierno ya había intervenido estos precios y estableció pautas de aumento que por meses corrieron por detrás de la inflación. El atraso de las tarifas de combustibles en términos reales podría corregirse tras el fin del congelamiento, al mismo tiempo en que se descuenta una fuerte devaluación oficial.
Estas expectativas no hacen más que fomentar la huida del peso antes de las elecciones, ya que los ahorristas buscarán protegerse del impacto y dolarizar sus carteras. Se corre el riesgo de provocar el mismo efecto que aconteció tras la finalización de las PASO, el oficialismo intenta siempre postergar todos los ajustes para después de las sucesivas elecciones.
La tercera oleada de congelamientos o aumentos regulados viene dada por Precios Justos, ya que el Gobierno estableció una pauta del 5% para septiembre, octubre y noviembre con las empresas que se vieron obligadas a volver a ingresar al programa.
A estos efectos el Ministerio de Economía creó la “Unidad de Negociación de Acuerdos de Precios” para monitorear de cerca las góndolas. Se produce otro mecanismo adicional para postergar los aumentos hasta después de las elecciones.
En otras palabras, entre octubre y noviembre los precios de los combustibles, los productos de consumo masivo en Precios Justos y fundamentalmente el tipo de cambio oficial (mayorista y minorista) deberán actualizarse al mismo tiempo.
