Un episodio de violencia política encendió las alarmas en el país: el presidente Javier Milei fue atacado con piedras durante una caravana en Lomas de Zamora, y desde el Gobierno nacional no tardaron en apuntar contra el kirchnerismo como responsable directo del hecho. El incidente, ocurrido en pleno conurbano bonaerense, dejó en evidencia el nivel de tensión que atraviesa la escena política argentina a semanas de las elecciones.
Milei se encontraba acompañado por su hermana Karina Milei y otros referentes de La Libertad Avanza cuando un grupo de personas comenzó a arrojar piedras contra la comitiva. Si bien no hubo heridos de gravedad, el ataque obligó a reforzar el operativo de seguridad y generó una fuerte reacción oficial.
Desde Casa Rosada denunciaron que se trató de un ataque premeditado, organizado por sectores del kirchnerismo para frenar la presencia del Presidente en la calle. “Los kukas tira piedras carentes de ideas, recurrieron otra vez a la violencia”, escribió Milei en sus redes, en un mensaje cargado de tono electoral. La frase fue replicada por varios funcionarios y dirigentes oficialistas.
El vocero presidencial, Manuel Adorni, fue uno de los primeros en marcar la postura oficial: “Las piedras no son más que la muestra más fiel del final del kirchnerismo”. En la misma línea se expresaron Martín Menem, titular de la Cámara de Diputados, y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien acusó directamente al kirchnerismo de “poner en riesgo a las familias que acompañaban la caravana”.
El hecho se da en un contexto político cada vez más polarizado, con un calendario electoral caliente: el 7 de septiembre hay elecciones legislativas provinciales, y el 26 de octubre se vota a nivel nacional. Desde el oficialismo aseguran que este tipo de hechos reflejan la desesperación de la vieja política, mientras que la oposición denuncia una campaña oficialista basada en el enfrentamiento.
En Salta, donde Milei ha sumado apoyo en distintos sectores sociales, el episodio también generó repercusiones. Dirigentes libertarios locales respaldaron al Presidente y repudiaron el ataque, señalando que “la violencia no puede volver a ser una herramienta política en la Argentina”.
El clima social se vuelve más denso con cada semana que pasa. Los cruces en redes, los actos de campaña cargados de tensión y ahora los incidentes en la calle muestran una Argentina partida, donde los límites del debate democrático parecen cada vez más difusos.
Lo ocurrido en Lomas de Zamora no solo marca un nuevo capítulo en la confrontación entre el Gobierno y el kirchnerismo, sino que también instala una pregunta de fondo: ¿cuál es el precio que está pagando el país por esta escalada de violencia política?