Mario Mactas, periodista, escritor y figura reconocida de la televisión y la radio argentinas, murió este sábado a los 80 años tras permanecer internado en la Fundación Favaloro por una neumonía. La noticia fue confirmada al aire por el periodista Gustavo Tubio, durante una emisión en vivo de la señal Todo Noticias (TN), donde Mactas trabajaba actualmente.
"Son esas noticias que uno no quiere dar, que duelen", expresó Tubio, visiblemente afectado. “Es una pena muy grande para el periodismo en general y para esta casa en particular. Ha muerto el querido Mario Mactas, un hombre de esta casa y de larguísima trayectoria en el periodismo, en la gráfica y en todos los formatos".
Una carrera marcada por la palabra
Nacido el 13 de agosto de 1944 en la Ciudad de Buenos Aires, Mario Mactas tuvo un recorrido singular. Aunque en sus inicios cursó estudios de Medicina y Filosofía, rápidamente encontró su verdadera vocación en el periodismo y las letras. Su estilo, entre irónico, profundo y elegante, lo convirtió en una figura única del medio.
Durante décadas, supo destacar en distintos formatos: medios gráficos, televisión, radio y también como autor de libros. Su pluma dejó huella en diarios como Clarín y La Nación, y su rostro se volvió habitual en programas televisivos que mezclaban actualidad, cultura y análisis político, donde siempre aportaba su mirada aguda.
Más allá del periodismo, Mactas también fue un prolífico escritor. Entre sus obras se destacan Sueños de matar, Las mujeres que amé sin conocer y El mudo y el clown, en las que exploraba con humor e inteligencia la condición humana y los vínculos.
Reconocimientos y legado
En 2007 recibió el Premio Konex al mérito, un galardón que distingue a las personalidades más destacadas de la última década en distintos ámbitos de la cultura nacional. Además, fue declarado Personalidad Destacada de la Cultura por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, como reconocimiento a su trayectoria.
En los últimos años, seguía activo en Todo Noticias, donde realizaba una columna denominada “El toque Mactas”. Desde allí, con su habitual tono irónico y reflexivo, aportaba comentarios sobre actualidad, política, sociedad y cultura, en un estilo que no imitaba a nadie y que tampoco dejó herederos directos.