La investigación por el brutal triple crimen de Florencio Varela sumó un nuevo capítulo con la detención de Lázaro Víctor Sotacuro, señalado como el chofer de la camioneta blanca en la que Brenda Del Castillo, Morena Verdi y Lara Gutiérrez fueron vistas por última vez antes de ser asesinadas.
El hombre, de 41 años y nacionalidad peruana, fue capturado en la noche del viernes en un hostal de la localidad boliviana de Villazón, a pocos metros de la frontera con La Quiaca, Jujuy. Su arresto se produjo tras un intenso seguimiento policial que permitió ubicarlo cuando intentaba evadir los controles y ocultarse en territorio extranjero.
Sotacuro figuraba entre los prófugos más buscados por el caso que sacudió a todo el país y generó una fuerte conmoción social. Su rol era clave en la investigación: según las pruebas recolectadas, era quien conducía el vehículo en el que se trasladó a las tres jóvenes, posteriormente halladas sin vida en circunstancias que revelaron un triple femicidio de extrema violencia.
El operativo que terminó con su captura se concretó gracias a un trabajo conjunto entre la Policía de Jujuy, fuerzas federales y autoridades bolivianas. Los investigadores siguieron su rastro desde la provincia de Santiago del Estero, hasta confirmar que había cruzado hacia el vecino país por pasos fronterizos cercanos.
Con esta detención, ya son cinco los apresados en el marco de la causa que mantiene en vilo a la Justicia y a la sociedad. La presencia de Sotacuro en el grupo de sospechosos era considerada determinante, ya que su testimonio y los elementos que se recojan de su declaración podrían aportar información clave sobre la planificación del hecho, la ruta que siguieron las víctimas y la participación del resto de los implicados.
El caso de Florencio Varela expuso con crudeza la problemática de los femicidios y reavivó el reclamo por mayor seguridad y justicia. Desde distintos sectores sociales se multiplicaron las expresiones de dolor y pedido de condena ejemplar para los responsables.
La detención de Sotacuro representa un avance significativo en la investigación, aunque aún quedan interrogantes por resolver sobre el trasfondo del crimen, las motivaciones y la conexión entre los acusados. La Justicia deberá ahora profundizar en las pruebas y testimonios para reconstruir el recorrido final de Brenda, Morena y Lara, y determinar con precisión el grado de responsabilidad de cada uno de los detenidos.
El triple crimen se convirtió en uno de los hechos más estremecedores del año en Argentina, tanto por la violencia ejercida como por la saña contra tres jóvenes mujeres. El arresto en Bolivia del quinto sospechoso refuerza la expectativa social de que el caso avance hacia un juicio donde se impongan penas acordes a la gravedad del hecho.
