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Alerta ambiental

Denuncian que agroquímicos provocaron la muerte de 14 vacas en una finca de Metán

Un productor ganadero aseguró que el agua del río Yatasto fue contaminada tras el lavado de máquinas fumigadoras en la zona de Palo Blanco.

IMAGEN ILUSTRATIVA
IMAGEN ILUSTRATIVA

La muerte de 14 vacas en una finca ganadera ubicada en el departamento Metán encendió una fuerte señal de alarma en el sur de la provincia de Salta. El productor Atilio Signorelli Caro denunció que los animales se habrían envenenado tras consumir agua del río Yatasto, presuntamente contaminada con agroquímicos por maniobras irregulares realizadas aguas arriba.

El hecho ocurrió en una propiedad situada a unos 28 kilómetros al este de la ciudad de Metán, sobre la ruta provincial 45, en una zona de intensa actividad agrícola y ganadera. Según relató el productor, la mortandad se registró de manera progresiva durante los últimos 17 días y afectó a vacas de las razas bonsmara y bradford, animales de alto valor productivo.

De acuerdo a la denuncia, las vacas se dirigían de manera habitual al río para beber agua, como parte de su rutina diaria. Poco tiempo después, comenzaron a presentar síntomas compatibles con intoxicación y, en varios casos, murieron en las inmediaciones del cauce o dentro del propio campo. La situación generó una investigación informal por parte del productor, que terminó apuntando a la contaminación del curso de agua.

Signorelli Caro aseguró haber constatado, mediante registros fotográficos, que en la zona conocida como Palo Blanco se realizaban tareas de lavado de máquinas fumigadoras directamente en el río Yatasto. Además, indicó que luego de esas maniobras se cargaba agua del mismo cauce para continuar con las aplicaciones, una práctica expresamente prohibida por su impacto ambiental y sanitario.

La pérdida económica fue estimada en más de 18 millones de pesos, una cifra que representa un golpe muy duro para cualquier establecimiento ganadero, especialmente en el contexto actual del sector. Sin embargo, el productor remarcó que la cuestión va mucho más allá de lo económico y advirtió sobre las consecuencias para la salud pública y el ambiente.

En ese sentido, señaló que el agua del río no solo es utilizada por distintas fincas de la zona para abrevar animales, sino que también es una fuente de consumo para personas que viven y trabajan en áreas rurales cercanas. Incluso, mencionó que desde hace semanas se percibía un fuerte olor desagradable en el agua, lo que refuerza la sospecha de contaminación y podría estar vinculado a la mortandad de peces.

El productor relató que intentó dar aviso a la Policía de Metán a través del sistema de emergencias, pero no obtuvo una respuesta inmediata debido a la falta de móviles disponibles en ese momento. Ante esa situación, decidió avanzar con la denuncia formal por los canales correspondientes, mientras el problema seguía activo: al momento de realizar el reclamo, una vaca aún agonizaba tras haber bebido agua del río.

Con más de cuatro décadas de experiencia en la actividad ganadera, Signorelli Caro remarcó la gravedad del hecho y pidió una intervención urgente de los organismos de control. Según sostuvo, la manipulación irresponsable de agroquímicos y el lavado de maquinaria en un curso de agua constituyen un atentado directo contra el medio ambiente, la producción y la vida humana.

La denuncia también pone el foco en una problemática recurrente en distintas zonas rurales de Salta: la falta de controles efectivos sobre el uso de agroquímicos y el respeto de las normativas ambientales. En regiones donde conviven la agricultura intensiva y la ganadería, el cuidado de los recursos hídricos resulta clave para evitar conflictos y daños irreversibles.

El río Yatasto, como otros cursos de agua del sur provincial, cumple un rol fundamental para la producción agropecuaria y la vida cotidiana de muchas familias. Cualquier episodio de contaminación no solo afecta de manera inmediata a los animales, sino que puede tener consecuencias a largo plazo sobre los suelos, la biodiversidad y la salud de las comunidades rurales.

Además de este episodio, el productor recordó que en otras oportunidades ya fue víctima de situaciones que afectan a la actividad ganadera, como el accionar de cuatreros, y remarcó la sensación de desprotección que atraviesan muchos productores del interior salteño.

Mientras se aguarda la intervención de las autoridades competentes, la denuncia vuelve a poner en agenda la necesidad de reforzar los controles ambientales, garantizar el uso responsable de agroquímicos y proteger los recursos naturales en una provincia donde el campo es uno de los pilares de la economía. La mortandad de las vacas en Metán no solo expone una pérdida productiva millonaria, sino también una alerta que interpela al Estado y a toda la comunidad rural.


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