Un tour de compras que partió desde San Ramón de la Nueva Orán hacia Buenos Aires terminó con una pasajera detenida y más de 8 kilos de cocaína secuestrados. El operativo se realizó sobre la Ruta Nacional Nº 16, a la altura del kilómetro 471, en Santiago del Estero, cuando Gendarmería Nacional inspeccionó un colectivo de larga distancia que hacía el recorrido habitual desde el norte salteño hasta la terminal de Liniers.
Durante el control en el puesto del paraje Urutaú, el perro antinarcóticos "Jasi" detectó dos valijas sospechosas. Pertenecían a una mujer de nacionalidad boliviana que viajaba como una pasajera más, sin levantar sospechas. Al abrir el equipaje, los gendarmes encontraron un doble fondo que ocultaba cinco paquetes rectangulares con cocaína. El pesaje final confirmó un total de 8 kilos con 480 gramos.
El Juzgado Federal Nº 2 ordenó la inmediata detención de la mujer y el secuestro de la droga. También se incautaron teléfonos, documentación y pasajes que ahora serán analizados como parte de la causa.
Este tipo de operativos vuelve a poner en evidencia cómo el narcotráfico utiliza rutas del norte argentino —especialmente en Salta— para trasladar estupefacientes hacia los grandes centros urbanos. Orán, por su cercanía con Bolivia y la presencia de pasos fronterizos no habilitados, es uno de los principales puntos de partida para el tráfico de cocaína.
Los llamados tours de compras, organizados por agencias o particulares, suelen ser aprovechados por redes criminales para camuflar droga entre mercadería lícita. Aunque a simple vista parecen viajes comerciales, en muchos casos funcionan como cobertura para el traslado de sustancias ilegales.
Los controles sobre la Ruta 16 y otras vías del NOA se han intensificado en los últimos años, con especial énfasis en el uso de perros entrenados como Jasi. Sin embargo, las bandas continúan buscando nuevas formas de eludir la vigilancia, recurriendo a personas vulnerables para transportar droga en pequeñas cantidades y así evitar llamar la atención.
Este nuevo caso confirma que Salta sigue siendo un eslabón clave dentro del circuito del narcotráfico que une la frontera con Bolivia con el centro del país. Mientras las fuerzas de seguridad refuerzan los controles, la problemática requiere también un enfoque más amplio que contemple prevención, inclusión y desarticulación de redes criminales.