Una banda integrada por policías provinciales de Santiago del Estero, un agente de la Policía Federal, un gendarme y un civil que oficiaba de “comandante” quedó desbaratada tras una serie de allanamientos ordenados por el juez federal Guillermo Molinari. Los falsos operativos se montaban principalmente sobre la Ruta Nacional 16 y tenían como blanco exclusivo a los micros de los tours de compras que regresaban de Orán y Bolivia con mercadería.
El jueves por la tarde, gendarmes de la Unidad de Investigaciones Antidrogas sorprendieron in fraganti a tres de los imputados mientras desplegaban conos, linternas y chalecos reflectivos en pleno monte santiagueño. Vestían uniforme completo y parecían un control vial legítimo, pero en realidad esperaban el paso de varios colectivos señalados desde la frontera.
En cuestión de minutos los redujeron y descubrieron que dos eran efectivos en actividad y el tercero un civil. Esa misma noche se desató una batería de cuatro allanamientos en Monte Quemado y Quimilí que terminaron con más detenciones y un importante secuestro de elementos.
Entre los apresados están Brian Martínez, agente de la Policía Federal destinado en Córdoba pero radicado en Monte Quemado; René Contreras, policía provincial que trabajaba en la zona; un gendarme de apellido Molina y un civil de apellido Sandín al que señalan como el que organizaba la logística. Un segundo policía provincial, apodado “Bebe” Vera, logró darse a la fuga rumbo al departamento Anta, en Salta, y sigue prófugo.
Según pudo saber este medio, la banda contaba con información precisa de los micros que salían de Orán cargados de electrónica, ropa y otros artículos de contrabando. Gracias a “soplones” en la frontera norte sabían horario exacto de salida, ruta y hasta qué llevaba cada colectivo. Con esos datos en mano, armaban el control justo en el momento y lugar donde los choferes no tenían escapatoria.
A cambio de no revisar los equipajes ni labrar actas, exigían coimas que llegaban a varios millones de pesos por viaje. Los pesquisas sospechan que parte de esa plata también servía para dejar pasar cargamentos de droga camuflados entre las valijas de los pasajeros.
Durante los allanamientos les secuestraron chalecos antibalas, handies, armas reglamentarias, conos viales, linternas de señalización, uniformes completos y una importante suma de dinero en efectivo. También celulares que ahora analizan para reconstruir la red de contactos en Salta y Bolivia.
El expediente, caratulado como infracción a la Ley de Estupefacientes 23.737, deja entrever que la organización no solo se dedicaba a las coimas sino que habría facilitado el paso de cocaína y marihuana por la misma ruta. Por eso el juez Molinari ordenó mantener a los cuatro detenidos en celdas separadas dentro de una unidad de Gendarmería.
Monte Quemado, la pequeña ciudad del departamento Copo que limita con Salta, aparece como el centro operativo de la banda. Casi todos los imputados viven allí o tienen familia en el lugar, lo que les facilitaba moverse sin levantar sospechas y desaparecer rápido después de cada “trabajo”. Fuentes judiciales aseguran que la investigación sigue abierta y no descartan más detenciones en los próximos días.