Un hecho insólito y preocupante sacudió a la ciudad de Salta el último domingo por la tarde. Un hombre que se hacía pasar por inspector de Tránsito fue detenido en pleno centro luego de ser sorprendido pidiendo coimas a conductores. La maniobra se registraba en la intersección de Buenos Aires y Urquiza, uno de los puntos más transitados de la capital.
El sujeto, que había pertenecido años atrás al área de Tránsito municipal pero fue expulsado por hechos de corrupción, conservaba un uniforme oficial y lo utilizaba para montar un engaño cada fin de semana. Según trascendió, operaba en soledad y apuntaba principalmente a motociclistas sin casco o con papeles incompletos, a quienes intimidaba con supuestas multas exorbitantes.
El caso salió a la luz luego de que una pareja lo denunciara tras ser víctima de su accionar. Circulaban en una moto de 110cc cuando fueron detenidos por el falso inspector. El hombre les advirtió que debía retener el vehículo y que la infracción ascendía a $450.000. Sin embargo, les ofreció “arreglar” la situación por $100.000 en efectivo.
Desesperados, los jóvenes explicaron que no contaban con esa suma. Tras insistencias, entregaron lo poco que llevaban consigo: unos $30.000. Minutos después, al ver que el individuo realizaba la misma maniobra con otros conductores, decidieron seguirlo y grabarlo en video.
Cuando intentaron recuperar el dinero, la situación escaló y se produjo una pelea en plena vía pública. En ese momento intervino la Policía, que logró detener al falso inspector. El acusado terminó devolviendo apenas $19.000 de lo que había recibido.
La escena generó indignación entre los transeúntes y automovilistas que presenciaron el hecho, ya que no se trataba de la primera vez que el hombre realizaba este tipo de maniobras. De acuerdo a los testimonios recogidos en el lugar, el exagente repetía estas prácticas cada fin de semana, aprovechando la circulación intensa y la confianza que le generaba el uniforme.
El operativo policial permitió poner fin a su accionar en esta ocasión, aunque ahora se investigará si existen más víctimas y episodios previos. El caso también reavivó la discusión sobre los mecanismos de control y la necesidad de reforzar la seguridad en la vía pública para evitar que personas inescrupulosas utilicen símbolos oficiales en beneficio propio.
Con la detención concretada, el hombre quedó a disposición de la Justicia. La investigación apunta a esclarecer cuántos conductores fueron estafados bajo la misma modalidad y determinar la responsabilidad penal del acusado.
El episodio encendió la alarma en la ciudad y dejó en claro los riesgos de la falsificación de autoridad en espacios públicos. La confianza en los uniformes y en las instituciones se ve vulnerada cuando hechos como este salen a la luz, generando preocupación tanto en los vecinos como en las autoridades municipales.