La escuela Fragata Libertad recibe a miles de niños en sus aulas y uno de ellos asistía con múltiples moretones por todo el cuerpo que eran maquillados por sus agresores, en un intento por no levantar sospechas.
Una de las maestras de la institución lo noto y no dudo en intervenir. Rápidamente dio aviso a los directivos y, en conjunto dialogaron con el menor, dándose con la dura realidad que el pequeño vivía.
El alumno es maltratado diariamente en su hogar por su madre biológica y su padrastro que, según el escalofriante relato, los adultos lo golpean con cables y patadas por todo su cuerpo, además lo asfixian hasta no poder respirar, todo esto con música alta, para que los vecinos no puedan oír los lamentos del niño.
La denuncia fue elevada a las autoridades correspondientes pero el menor aún sigue conviviendo con sus maltratadores.