El incendio ocurrido el 26 de octubre en la Alcaidía General N° 1 dejó al descubierto un cuadro crítico de hacinamiento y deficiencias de seguridad en el sistema penitenciario. Las celdas del pabellón afectado albergaban más del triple de internos de lo permitido y carecían de elementos básicos, como matafuegos y colchones ignífugos.
Según el Comité Provincial para la Prevención de la Tortura, el pabellón siniestrado alojaba alrededor de 110 internos en espacios diseñados para menos de 40. Muchas celdas, pensadas para ocho personas, contenían hasta 25 detenidos, mientras que los estándares internacionales recomiendan no superar cuatro por celda.
La situación se repite en otras localidades. En Metán, por ejemplo, la Comisaría Primera llegó a registrar 32 detenidos en tres celdas con capacidad para 11 personas, lo que generó incidentes durante los horarios de recreación y requirió intervención de Infantería y refuerzos de seguridad.
La sobrepoblación y las condiciones edilicias deficientes afectan a todo el sistema penitenciario, con ocupación que supera el 45% de la capacidad total. Esto genera conflictos constantes, fugas, tentativas de escape y problemas de seguridad, además de riesgos para la salud física y psicológica de los internos.
El comisionado Andrés Giordamachi señaló que construir nuevas unidades sería solo una solución parcial. “Mientras se sigan abordando problemas sociales con derecho penal, las cárceles siempre estarán llenas”, advirtió.
Tras el incendio, tres internos permanecen internados bajo seguimiento médico y psicológico, mientras otros regresaron al sistema penitenciario para continuar con sus tratamientos. Además, el único fallecido había recuperado la libertad un día antes del siniestro, pero no llegó a enterarse.
El Comité Provincial sigue esperando una investigación oficial exhaustiva y prepara su informe anual sobre la situación carcelaria, que incluirá evaluación de infraestructura, hacinamiento y riesgos. La emergencia queda en evidencia: sin cambios estructurales y medidas de prevención, los incidentes de esta magnitud seguirán siendo un riesgo permanente.