El hecho ocurrió durante el último fin de semana, en el marco de controles sorpresivos que el Ministerio de Seguridad y Justicia implementa en distintas unidades policiales. De acuerdo a fuentes oficiales, los agentes arribaron a la comisaría alrededor de las 6.30 del sábado.
En el acceso, y siguiendo una disposición general de la Policía de Salta, se les realizó el test de alcoholemia, que confirmó la presencia de alcohol en sangre en ambos efectivos. De inmediato fueron desarmados y apartados del servicio.
La irregularidad no terminó allí. Según informó Diario Info Salta, minutos antes de ingresar a trabajar los policías habían estado en un asado en un quincho del barrio Los Altos, propiedad del propio suboficial involucrado. Incluso se investiga si un tercer agente habría participado del encuentro, aunque presuntamente no llegó a presentarse a su turno por su estado de ebriedad.
Este mismo quincho ya había generado preocupación meses atrás, cuando una vecina denunció ante el Centro de Coordinación Operativa la presencia de menores en una reunión nocturna. Aunque la denuncia no prosperó, una de las mujeres involucradas —oriunda de El Galpón y con carpeta médica vigente— terminó desvinculada de sus funciones tras confirmarse su participación.
Lo sucedido se da en un contexto de fuerte tensión interna y sobrecarga operativa dentro de la Comisaría Primera, que además enfrenta un grave problema de hacinamiento de detenidos, según medios locales.