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Horror en Campo Quijano: cuatro jóvenes borrachos destrozaron tres autos y casi causan una tragedia

Un auto azul que zigzagueaba por el barrio 9 de Julio se incrustó contra una camioneta estacionada y provocó un choque en cadena que dejó daños millonarios y bronca contenida.

Horror en Campo Quijano: cuatro jóvenes borrachos destrozaron tres autos y casi causan una tragedia

Los responsables intentaron escapar a pie, pero los vecinos los filmaron y la Policía los atrapó a la vuelta.

 

El sábado a la noche, pasadas las diez, Campo Quijano vivió otra vez la pesadilla que ya parece rutina en todo el Valle de Lerma: alcohol al volante, imprudencia y un accidente que por poquísimo no terminó en tragedia. El estruendo retumbó en varias cuadras y dejó a tres vehículos hechos papilla frente a una pollería muy concurrida del barrio 9 de Julio.

Un Fiat azul, con cuatro ocupantes visiblemente pasados de copas, venía haciendo eses desde media cuadra antes. Según los testigos, el conductor no pudo ni doblar y se llevó puesta de lleno la parte trasera de una Toyota Hilux que estaba estacionada. El golpe fue tan fuerte que la camioneta se deslizó varios metros, chocó otro auto que estaba adelante y terminó subida a la vereda, a centímetros de la puerta de una casa.

En esa vivienda vive Mariana Salas, la dueña del tercer vehículo dañado. Cuando salió a la calle todavía no entendía nada: su auto estacionado había quedado con el baúl hundido y la camioneta encima de la vereda. “Sentí un ruido que parecía que se caía el mundo, salí corriendo y vi todo destruido. Ahí nomás empecé a filmar porque ya me imaginaba que estos tipos se querían mandar a mudar”, contó todavía nerviosa.

El olor a alcohol que salía del Fiat era insoportable. Los cuatro ocupantes gritaban, se empujaban entre ellos y amenazaban a quien se acercara. “Estaban agresivos, no querían que nadie les saque foto ni se arrime. Se notaba que venían de algún cumpleaños o joda porque uno tenía hasta globos en la mano”, relató otro vecino que vio todo desde la vereda de enfrente.

El dueño de la Hilux, un hombre mayor con problemas para caminar, había bajado un minuto a comprar pollo con papas. Si hubiera estado subiendo en ese preciso momento, el impacto lo agarraba de lleno. “Podría haber terminado muy mal, ese señor apenas camina con bastón. Fue un milagro que no estuviera ahí”, comentó una vecina que prefirió no dar su nombre.

Mientras llegaban los móviles de la Policía, el show continuó. Dos de los acompañantes abrieron las puertas traseras y salieron corriendo por avenida Belgrano, tropezando y cayéndose como en cámara lenta. No llegaron ni a la esquina: los uniformados los corrieron y los redujeron a menos de cien metros. El conductor, en cambio, se quedó dentro del auto pero se tapaba la cara con la campera cada vez que alguien lo filmaba.

Al final, los cuatro terminaron demorados. Los test de alcoholemia, según trascendió, dieron positivo en todos y con valores altísimos. El Fiat quedó secuestrado y los tres vehículos damnificados fueron retirados por grúas en medio de la bronca de los propietarios que ahora tienen que lidiar con seguros y talleres.

Este caso se suma a una lista cada vez más larga de choques por alcohol en el Valle de Lerma durante los fines de semana. Solo en lo que va del mes hubo episodios similares en Cerrillos, La Merced y Chicoana, con heridos y hasta un muerto hace quince días en la Ruta 68.

Los vecinos de Campo Quijano ya no aguantan más. “Todos los sábados es lo mismo: salen de los bailables o de los cumpleaños y se creen que la ruta es de ellos. Necesitamos más controles, sobre todo a la salida de los boliches”, reclamó Mariana mientras miraba los restos de su auto.

 


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